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Nombre: Alforja Calasanz
Ubicación: Valencia, Malvarrosa, Spain

lunes, noviembre 29, 2010

Crónica: Consejo de Superiores Mayores Escolapios X.2010

Ephemerides Calasanctianae
Octubre, 25 de 2010

CONSEJO DE SUPERIORES MAYORES ESCOLAPIOS

Objetivos

Entre los días 24 y 31 de octubre de 2010, en Roma, se desarrollará el Consejo de Superiores Mayores (CSSMM) de la Orden de las Escuelas Pías. Para preparar el desarrollo del mismo, se reunió la Congregación General y los Delegados del P. General, entre los días 25 y 28 de septiembre pasados.

Este Consejo será el primero del sexenio, y está convocado en estas fechas para facilitar la conexión de los Capítulos Demarcacionales con las líneas fundamentales aprobadas por el 46º Capítulo General, celebrado en Peralta de la Sal, en julio de 2009.

En el encuentro preparatorio, fueron definidos los objetivos fundamentales del encuentro, sintetizados en tres verbos concretos: ANALIZAR, CONSULTAR, PROYECTAR.

El Consejo de SSMM está llamado a profundizar en la realidad de la Orden, a ofrecer a la Congregación General sus criterios sobre algunos temas fundamentales para las Escuelas Pías y a sugerir algunas prioridades especialmente significativas para impulsar la revitalización de la Orden.

Objetivos del CSSMM 2010

ANALIZAR.

La Congregación General y los Delegados del P. General ofrecerán una primera visión de la realidad de la Orden en algunas áreas fundamentales:

a) Visión general de la Orden
b) Pastoral Vocacional
c) Formación Inicial
d) Vida Comunitaria y Formación Permanente
e) Ministerio y Misión Compartida
f) Integración Carismática.
g) Economía

Los Secretariados Generales han hecho un buen trabajo estos meses, y van a intentar ofrecer a los Superiores Mayores algunos puntos importantes en los que tenemos que reflexionar para mejorar en cada área. Si constatamos, por ejemplo, que el 30% de nuestros jóvenes llegan a las Escuelas Pías desde fuera de nuestras obras o si vemos que el grupo menos numeroso de la Orden es precisamente el que tiene a su cargo la mayor parte de las responsabilidades, sin duda que podremos sacar conclusiones operativas que nos ayuden. Este es el objetivo de esta labor de análisis, a la que dedicaremos al menos ocho de las veintiséis sesiones de trabajo del Consejo (cuatro sesiones diarias).

CONSULTAR.

Se harán diversas consultas a los SSMM sobre todas las áreas citadas y sobre algunos otros temas especialmente importantes, entre los que se destacan dos:

la revitalización de las Escuelas Pías
y el crecimiento de la Orden en países donde no estamos presentes.

La Congregación General y los Delegados del P. General han hecho su lectura colectiva de todos los informes presentados. Con esos datos, y con el conocimiento de la Orden, que han adquirido en este primer año, tratarán de proponer diversas opciones concretas a los Superiores Mayores, para conocer su opinión y criterios.

Trataremos de valorar, por ejemplo, la posibilidad de impulsar en la Orden una “Escuela Calasancia de Formadores” o de diseñar un itinerario que nos lleve a una clara mejora de nuestra acción evangelizadora, en todas las demarcaciones.

El Consejo abordará también algunas opciones, que conviene plantear, en relación con la revitalización de la Orden, la reestructuración de las demarcaciones y los planes para fundar en nuevos lugares.

PROYECTAR.

El Consejo está llamado a orientar a la Congregación General sobre las mejores opciones y prioridades de cara al resto del sexenio. Con todas las aportaciones, que salgan del Consejo y las que lleguen de los Capítulos Demarcacionales, la Congregación General tratará de elaborar una programación, que acompañe a la Orden, hasta el próximo Capítulo General.

El Capítulo General determinó un hilo conductor para el sexenio (la revitalización) y aprobó unas Líneas Generales de Acción. Teniendo en cuenta la realidad de la Orden, se pedirá al Consejo que ofrezca, en cada una de las áreas fundamentales de nuestra vida y misión, una priorización clara sobre las mejores opciones que conviene impulsar en el conjunto de la Orden.

Participantes

Durante los días propios del Consejo estarán reunidos en Roma 41 escolapios. Para estudiar el tema de la situación económica de la Orden nos acompañarán dos técnicos:

Pedro Alonso (Catalunya) y Carlos López de Lerena (Emaús).

Esta es la lista completa de los miembros del Consejo de Superiores Mayores:

Curia General
1. P. Pedro Aguado, P. General
2. P. Mateusz Pindelski, Asistente General por Italia y Europa Central
3. P. Miguel Giráldez , Asistente General por España
4. P. Sergio Fernando Hernández, Asistente General por América
5. P. Pierre Diatta, Asistente General por África y Asia
6. P. Ricardo Querol, Secretario General
7. P. Vicente Climent, Ecónomo General

Superiores Mayores
8. P. Miguel Ángel Asian, Delegado General de España
9. P. Dante Sarti, Provincial de Italia
10.P. Józef Tarnawski, Provincial de Polonia y Delegado del P. General para la PV
11.P. József Urbán, Provincial de Hungría
12.P. Javier Negro, Provincial de Aragón y Delegado del P. General para la VC y FP
13.P. Fernando Torres, Viceprovincial de Nueva York- Puerto Rico
14.P. Mariano Grassa, Viceprovincial de Camerún
15.P. Jaume Pallarolas, Provincial de Catalunya
16.P. Miguel Mascorro, Viceprovincial de Las Californias
17.P. Mamby Dominique Basse, Viceprovincial de Senegal
18.P. Javier Agudo, Provincial de la Tercera Demarcación de España
19.P. Daniel Hallado, Superior Vicarial de Guinea-Gabón
20.P. Francisco Montesinos, Provincial de Valencia
21.P. Rodolfo Robert, Viceprovincial de Centroamérica y República Dominicana, Delegado del P. General para el Ministerio y la Misión Compartida
22.P. Ján Kováč, Provincial de Eslovaquia
23.P. Juan Mª Puig, Provincial de Emaús
24.P. Antonio Lezaun, Viceprovincial de Chile
25.P. Fernando Aguinaga, Viceprovincial de Brasil
26.P. Juan Alfonso Serra, Viceprovincial de Venezuela
27.P. Pedro Lasheras, Superior Vicarial de Bolivia
28.P. Antonio Marco, Provincial de Argentina
29.P. Thomas Pallithazhathu, Superior Vicarial de India
30.P. Mario Vizcaíno, Provincial de USA
31.P. Emmanuel Suárez, Provincial de México
32.P. Juan Jaime Escobar, Provincial de Colombia
33.P. Oswaldo Espinoza, Superior Vicarial de Ecuador
34.P. Miguel Artola, Viceprovincial de Japón-Filipinas

Invitados
35.P. Josep Maria Balcells, Comisario para Austria
36.P. Eduard Pini, Rector de Cuba
37.P. Stefano Locatelli, Rector de Daloa, Costa de Marfil
38.P. Javier Aguirregabiria, Delegado del P. General para la Integración Carismática.
39.P. Juan Carlos Sevillano, Delegado del P. General para la Formación Inicial.
40.P. Juraj Gendiar, Eslovaquia, traductor del P. Provincial.
41.P. Víctor Gil, Tercera Demarcación de España, encargado del servicio de traducción.


Desde hoy lunes 25 hasta el domingo 31 de octubre de 2010, se celebrará en Roma, el Consejo de Superiores Mayores (CSSMM) de la Orden de las Escuelas Pías.

El 46º Capítulo General, órgano supremo de la Orden, celebrado en el 2009, determinó el hilo conductor y las Líneas Generales de Acción para los próximos seis años, centrados en el objetivo de fortalecer la Vida y la Misión de la Orden.

El CSSMM, que empieza hoy, es el primero luego del Capítulo General y sus objetivos se pueden resumir con tres verbos: analizar, consultar y proyectar.

En los próximos días, 41 religiosos escolapios profundizarán en la realidad de la Orden para poder ofrecer a la Congregación General, criterios sobre algunos temas fundamentales y para sugerir prioridades especialmente significativas para impulsar la revitalización de la Orden.

Los Secretariados Generales, constituidos para trabajar sobre cada línea de acción, compartirán sus análisis de la realidad y los puntos, que consideran relevantes para mejorar cada área. Luego, serán realizadas consultas al plenario sobre diversos temas, entre ellos, la revitalización y el crecimiento de la Orden, para terminar proyectando las mejores opciones y prioridades a desarrollar durante el resto del sexenio y hasta el próximo Capítulo General.

En la celebración eucarística de esta mañana, se recordó especialmente al Fundador San José de Calasanz, con el deseo de que así como el mismo Calasanz descubriera las necesidades de los más pobres y creó la escuela pública y gratuita, así los Escolapios reunidos puedan priorizar las mejores opciones para toda la Orden.

El P. General, Pedro Aguado, en su discurso de apertura, formuló de este modo, la pregunta central a la que este Consejo debe dar respuesta: “¿Qué debemos hacer hoy, que esté en nuestras manos hacer y que nos permita concretar un futuro nuevo?”.


Roma, 27 de octubre de 2010.

Después de la inauguración, el día lunes, y en la jornada del martes, se continuó con el análisis de la Orden. En la presentación del P. General sobre sus primeras impresiones, luego de haber visitado los territorios escolapios, se destacó la comunicación abierta con todos y con cada uno. El P. Pedro Aguado dijo que hay un punto de partida y uno de llegada y que, en este momento del Consejo, él quería presentar su opinión sobre “dónde estamos”. Entre los varios puntos comentados, dio especial importancia a la Pastoral Vocacional, de la que dijo que es necesario hacer ciertos cambios si se quiere cumplir con los objetivos del Capítulo General sin reducir la calidad ni la exigencia. Informó que, estadísticamente, tenemos un buen número de jóvenes pero “queremos trabajar para que sean muchos más”.

Por la noche del lunes, el P. Víctor Gil, que coordina las actividades propias de la Familia Calasancia durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ 2011), presentó la información sobre la próxima JMJ, haciendo especial hincapié en el Encuentro de la Juventud de la Familia Calasancia, que tendrá lugar desde el 16 al 21 de agosto de 2011. Los días previos, entre el 11 y 15 de agosto, la casa de Peralta de la Sal podrá acoger alrededor de 400 jóvenes.

Ayer martes por la mañana, el P. Józef Tarnawski, del Secretariado de Pastoral Vocacional, presentó el resultado de la encuesta, que se hizo a toda la Orden, por el cual se concluye que se requiere dinamizar la Pastoral Vocacional, teniendo en cuenta las diferentes situaciones y la necesidad de afrontar el tema de modo sistémico.

Posteriormente, presentó la realidad de la Formación Inicial, el P. Juan Carlos Sevillano, Delegado del P. General para la Formación Inicial. El Secretariado hizo también un diagnóstico de la realidad de la Orden tomando varios aspectos, entre ellos una encuesta anónima a formadores y formandos. El P. Sevillano presentó las fortalezas y debilidades de la formación. Dijo que los formadores están felices con su trabajo y que la escasez de vocaciones no puede hacer que relativicemos los criterios formativos. Concluyó que la formación inicial debe estar orientada en clave de Orden y no sólo de Demarcación.


Roma, 28 de octubre de 2010

UNA VOCACIÓN PARA DAR Y CONVIDAR

Nuestro Consejo de Superiores Mayores ha seguido avanzando en el tratamiento de diversos temas de gran importancia para nuestra Orden: la Pastoral Vocacional, la Formación Inicial, la Integración Carismática, la Vida Religiosa en nuestras comunidades y la Formación Permanente. De fondo ha estado siempre el dinamismo inmensamente atractivo de nuestra vocación escolapia. Una vocación que es don del Espíritu Santo para la Iglesia y que hace de nosotros un don para los niños y jóvenes, para los pobres.

La vocación es por definición una experiencia de donación. De una parte, es donación porque es obra de Dios en el corazón del ser humano y, de otra parte, hace de cada persona una donación de sí para los demás. Es Dios mismo quien realiza nueva creación en el interior de la persona y la moldea según los rasgos de su Hijo, con la fuerza y la energía del Espíritu, para continuar en nosotros lo que Él mismo un día empezó con San José de Calasanz en las callejuelas del Trastévere romano. Aunque la vocación debe ser cuidada, alimentada y forjada por nosotros, es en principio una obra de Dios, un don que Dios nos ha dado para que nosotros a nuestra vez lo entreguemos generosamente a los niños y jóvenes con quienes trabajamos, a los pueblos y personas pequeñas que nos necesitan y, en general, a quienes aguardan una oportunidad que la educación y la fe, que la piedad y las letras, pueden ofrecer.

Pero nuestra vocación es también para convidar. Una vocación que es obra de Dios, que reproduce en nosotros el icono de Cristo entre los niños, que tiene tanto dinamismo de transformación personal y social, no es únicamente para nosotros, es para ilusionar a otros, para invitar a muchos. ¿Cómo no compartir con muchos jóvenes nuestra vocación de religiosos y sacerdotes escolapios? ¿Cómo no convocar a muchos laicos (ex alumnos, maestros, padres de familia y personas con sensibilidad espiritual) a vivir esta misma vocación recibiéndola como un don, para que también se sientan llamados a transformarse en don para los demás a la manera de Calasanz? ¿Cómo no vivir esta forma calasancia de creer, de orar, de hacer Iglesia, de servir, sintiéndonos solidarios de muchísimos hombres y mujeres que constatan que en su corazón habitan los mismos valores y sentimientos que nos hacen escolapios? En fin, nuestra vocación es nuestra más bella y esencial riqueza, pero es una riqueza que nos ha sido dada, y lo ha sido, para dar y convidar.

Justamente por todo lo anterior, los primeros momentos de nuestro Consejo de Superiores Mayores han estado relacionados con nuestra vocación:

Invitar a jóvenes a vivirla:
la Pastoral Vocacional

Cuidarla, hacerla crecer y dinamizarla
la Formación Inicial

Compartirla con laicos que se integran profundamente con nuestra Orden:
la Integración Carismática y las fraternidades

Vivirla intensamente en comunidad y alimentarla a lo largo de la vida:
la Vida Comunitaria y la Formación Permanente.

Claro está que todo siempre tendrá que ver con nuestra vocación; pero es bueno tomar conciencia de lo bello que es el don que Dios nos dio en Calasanz, la obra que su Espíritu hace en nosotros y la fecundidad —quizá aún por descubrir en todas sus posibilidades— que tiene para dar y convidar.


29 de octubre de 2010

El Consejo de Superiores Mayores casi ha terminado de Analizar la Orden y se apresta a Consultar y Proyectar. Hoy compartimos los principales aspectos de los informes de los Secretariados, que se presentaron durante los días miércoles y jueves.

El P. Javier Aguirregabiria del Secretariado de Integración Carismática presentó el análisis de esta realidad; es decir, de la colaboración y la misión compartida de los laicos y, para algunos laicos, la integración carismática. El trabajo de este Secretariado responde a la sexta línea general de acción del Capítulo General, denominada “Escolapios y laicos, compartiendo misión y carisma”. Como principal indicador del tema, se consideró la realidad de las Fraternidades, que hay en la Orden: las que se van consolidando y otras que hay en camino.

El P. Javier Negro del Secretariado de Vida Comunitaria y Formación Permanente, presentó el resultado de las encuestas realizadas a los religiosos y del análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). La revitalización de la Vida Fraterna en comunidad así como la Formación Permanente son dimensiones intrínsecas de la Vida Consagrada y se está trabajando para cuidarlas, respetando siempre la diversidad, que tenemos entre nosotros mismos, y considerando especialmente también la variedad de los destinatarios de nuestra misión. Entre las fortalezas de la Vida Comunitaria, el P. Negro destacó la interculturalidad, la acogida y hospitalidad en nuestras comunidades, compartir la misión con los laicos, la sensibilidad hacia la pastoral vocacional, la fidelidad a los actos comunitarios y el compromiso con la misión.

El P. Rodolfo Robert del Secretariado de Ministerio y Misión Compartida destacó el trabajo del diseño de los indicadores de identidad calasancia y la implementación de los elementos correspondientes para continuar la cultura de evaluación y transformación de nuestras obras. Este Secretariado evalúa que es fundamental desarrollar un estudio técnico, que permita catalogar el ministerio escolapio en todas las obras de la Orden, a partir de los indicadores de calidad calasancia definidos. Por otra parte, considera que el ministerio escolapio debe entenderse e impulsarse en clave de reciprocidad entre los religiosos y los laicos.

Es necesario conocer bien a los laicos que trabajan con nosotros y a nuestros alumnos, a nivel personal en cada obra y en términos socio-estadísticos a nivel de la Orden. Sólo en nuestras obras de educación formal, la Orden tiene más de 125 mil alumnos, que constituyen una gran responsabilidad para los Escolapios y los laicos con quienes trabajamos.

Sobre el Ministerio y la Misión Compartida, el P. General recordó lo que ya había sugerido en su ponencia inicial, “os proponemos que os situéis en este Consejo con mentalidad de sexenio” y agregó, en base a lo presentado por el Secretariado respecto a la educación formal, que sería altamente beneficioso que durante estos años se pudiera conseguir al menos reflexionar en cada obra sobre estos aspectos, profundizando nuestra cultura de evaluación y de identidad calasancia y escolapia.

En la segunda parte de su intervención, el P. Robert compartió con los presentes, el análisis de su Secretariado sobre la realidad de las más de 300 obras de Educación No Formal de la Orden. Fue una de las presentaciones más emotivas y que mayor entusiasmo provocó en todos. Definió a la Educación No Formal escolapia como una educación popular con calidad educativa y pastoral, que está sujeta a planificación y a evaluación institucional, y cuyo objetivo es la transformación de la sociedad aplicando los principios de justicia, solidaridad y paz.

El Consejo continuó con el análisis de la situación económica de la Orden. Para hoy viernes 29, entre las actividades programadas, se destaca la reflexión sobre revitalización y reestructuración y sobre crecimiento y expansión de la Orden.


30 de octubre de 2010

LLAMADOS POR UN SUEÑO

Cuenta el libro de los Hechos de los Apóstoles que estando Pablo en un viaje apostólico, tuvo un sueño. En este sueño veía a un macedonio que le decía: “Ven y ayúdanos” (cfr. Hechos 16, 9). Pablo había intentado ir a Bitinia porque tal vez esos eran sus planes y lo que él consideraba oportuno o prudente; pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. En cambio, un sueño lo llamó a un camino que no había pensado antes y en el cual, sin embargo, encontró a Lidia, la primera mujer pagana que abrazó la fe cristiana y a aquel entrañable hombre que pasó de carcelero a hermano querido en Cristo, en una noche de temblores.

Todo empezó con un sueño, con una llamada que llegó en un sueño.

El Consejo de Superiores Mayores ha lanzado ahora su mirada al futuro y expansión de la Orden. Es verdad que vivimos una hora difícil por nuestras pocas fuerzas, por las limitaciones de personal de las que fueron en otro momento grandes demarcaciones y por la fragilidad de las nuevas, pero también es cierto que sigue estando ahí la llamada de la Iglesia a ir a otros lugares y el mandato de Cristo a evangelizar a todos los pueblos. Hay acuerdo en que quedarnos como estamos no es una opción, pues terminaría siendo una opción de muerte. Se trata de dar pasos, de ser generosos, incluso desde nuestra propia pobreza, pues la vida engendra vida y el crecimiento nos podría hacer crecer.

Ahora bien, convocados por este sueño, vale la pena plantearnos que sean sueños de Dios, no sea que el Espíritu de Jesús nos impida entrar, como sucedió a Pablo en Bitinia. Creemos que las claves para ello son al menos las siguientes:

Ser audaces y prudentes en sus justas proporciones.
Audaces para dar los pasos que hay que dar, arriesgando, asumiendo las dificultades propias de los primeros momentos y de las etapas fundacionales. Y prudentes para hacer las cosas sin exigir a las personas más de los que pueden dar, sin abandonarlas a su suerte, sin descuidar los elementos básicos de calidad de vida religiosa e intensidad espiritual.

Proceder de forma sistémica.
Expandir la presencia de la Orden no es una simple decisión de abrir obras o casas en nuevos países como si esto no hiciera parte de un todo que debe funcionar como sistema. Para que las nuevas experiencias tengan posibilidad, es necesario que haya un renovado clima pastoral, una propuesta vocacional sugerente, una formación inicial acertada, una vida religiosa y comunitaria de calidad y una redefinición de la colaboración económica al interior de la Orden.

Actuar en nombre del Señor.
No somos una entidad que quiera expandirse por expandirse, sino una obra de Dios que se siente enviada a cumplir una misión en nombre del Señor. Los lugares a los que podríamos ir no son sitios para ampliar nuestra presencia y nada más, sino lugares que anhelan ser educados y evangelizados a la manera de Calasanz. Si vamos adonde tendremos que ir, lo haremos para llevar la esperanza, la alegría, la luz, que provienen del Evangelio.

Al tratar nuestra futura expansión han aparecido los lugares a los que podríamos ir en el futuro próximo. En Asia: Vietnam, Indonesia, Timor Oriental y China, garantizando la persistencia de nuestra presencia en Japón. En África: Benin, Burkina Fasso, Congo y Nigeria. Ahora bien, no se trata únicamente de unos nombres que aparecen en un mapa. Son también nombres que corresponden a jóvenes que han creído en nuestro carisma y ya se forman con nosotros. En África hay chicos del Congo formándose en nuestro seminario con la ilusión de algún día llevar la Escuela Pía a su país. En Filipinas hay jóvenes, postulantes, novicios y juniores de Vietnam, Indonesia, Timor y China. Es como si la Orden tuviera el sueño que Pablo tuvo y contemplara en una visión ya no a un macedonio, sino a hermanos queridos que nos invitan a ir a sus casas. Sus hermosos nombres suenan nuevos para nosotros: Nguyen Cao Tri, Herman Yanto Djabur, Li Hu y tantos otros… En fin, es un sueño, un sueño que nos está llamando y que nos dice: “Vengan y ayúdennos”.


31 de octubre de 2010

ROMA FUE UNA FIESTA

Hemos terminado nuestro Consejo de Superiores Mayores votando las consultas, que la Congregación General nos ha presentado, y priorizando las aportaciones que nosotros mismos hicimos a lo largo de estos días. Así se han cumplido los tres grandes objetivos del Consejo insinuados en los tres verbos que lo presentaban: analizar, consultar y proyectar.

Justamente el camino seguido ha permitido realizar un Análisis de la Realidad, profundo y dialogante, de las diversas realidades de la Orden: Pastoral Vocacional, Formación Inicial, Misión Compartida, Fraternidades, Economía, Vida Comunitaria y Formación Permanente, posibilidades de nuevas presencias y opciones de reestructuración. A partir del acercamiento a la realidad que hemos hecho, gracias a las presentaciones preparadas por los Secretariados Generales o por la misma Congregación General, los Superiores Mayores hemos intercambiado criterios, presentado inquietudes y, fundándonos en nuestra experiencia, hemos procurado perfilar mejor el mapa de nuestras circunstancias actuales.

Desde el comienzo, la Congregación General tenía claros los puntos sobre los cuales deseaba consultar a los Superiores Mayores. Junto al análisis de la realidad se compartieron propuestas diversas para hacer frente a los distintos temas de interés reseñados más arriba. Esto dio oportunidad para que se discutieran tales propuestas, enriqueciéndolas y ajustándolas mejor a la realidad actual de la Orden.

Por último pasamos a votar todas las consultas hechas para, a partir de ahí, proyectar el proceso que nos llevará hasta el próximo Capítulo General. Quedan cinco años de este sexenio y, con base en los trabajos realizados por este Consejo de Superiores Mayores, queda abierto un itinerario ilusionante y esperanzador, que ha de entroncar con los próximos capítulos demarcacionales y con toda la vida de nuestra Orden.

El P. José María Balcells, quien estuvo en muchos consejos de Superiores Mayores de la Orden, llegó a decir en una de sus intervenciones, que el ambiente de este Consejo 2010 era especial por su calidad, por el afecto entre hermanos y por la altura de sus temas. Esta percepción la tuvimos todos y de hecho se quiso que constara el tono de comunión que se mantuvo constante. Han sido unos días hermosos, con posibilidad de tratar temas de gran calado, con presentaciones muy bien preparadas por parte de los Secretariados Generales, con diálogos en los que ha primado la profundidad y la paz y, sobre todo, con una clara intención de allanar nuestro futuro y seguir adelante no como quienes caminan en horas oscuras, sino como quienes creen en la alegría luminosa que nos da la esperanza.

En este sentido, a pesar de las muchas horas de discusiones, de las largas sentadas, de los resfríos por montón que hubo en el aula y de la señal intermitente (y a veces ausente) de Internet, terminamos con gozo y esperanza, sintiendo de alguna manera, que Roma ha sido una fiesta, la fiesta de la fe en nuestro futuro.

Eucaristía final del Consejo de Superiores Mayores,
domingo 31 de octubre de 2010.

En la homilía final, el P. General Pedro Aguado ha dicho que hay algo seguro que podemos decir sobre Zaqueo (Cfr. Lucas 19, 1-10) y es que “el encuentro con Jesús le cambió la vida. Nosotros: ¿qué deberíamos cambiar para mejorar? Y nuestra Orden, ¿qué tendría que cambiar? ¿En qué modo un grupo que ya sigue a Jesús, debería encontrarlo? A veces es necesario bajarnos del árbol sicómoro y estar atentos al pasaje de Jesús por nuestra vida y creo que éste es el camino que estamos intentando caminar como Orden.”

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