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Nombre: Alforja Calasanz
Ubicación: Valencia, Malvarrosa, Spain

miércoles, febrero 25, 2009

EDUCACIÓN NO FORMAL

Javier Alonso
Albada, XI, 2008

En los albores del siglo XVII, cuando se estaba consolidando la Reforma de la Iglesia impulsada por el Concilio de Trento, se comenzaban a aplicar los postulados de los grandes humanistas del Renacimiento y cuando apenas despuntaban algunos indicios de la revolución científica moderna, San José de Calasanz entendió que la ESCUELA era el medio más adecuado para la reforma de la sociedad y el provecho de las almas.

Calasanz concibió la Escuela como un proceso integral que inicia en la más tierna infancia y acaba cuando el joven se integra en el mundo laboral o pasa a la Universidad. Es lo que llamamos ahora “Educación Formal” (EF)

La EF se considera aquel ámbito de la educación que tiene carácter intencional, planificado y regulado. Es toda la oferta educativa conocida como escolarización obligatoria, desde los primeros años de educación infantil hasta el final de la educación secundaria.

La Iglesia y los mismos escolapios ya tenemos una gran experiencia y una buena reflexión al respecto y no es el momento ahora de desarrollar este tema.

La educación No Formal se refiere a toda actividad educativa, organizada y sistemática realizada fuera del marco del ámbito oficial, para facilitar determinadas clases de aprendizaje a subgrupos particulares de la población. Calasanz bastante tuvo con desarrollar bien su idea de Escuela como el modo más genuino de Educación Formal como para meterse en lo que hoy llamamos Educación No Formal.

En la actualidad el campo de la Educación No formal, se caracteriza por su amplitud y heterogeneidad y las funciones que abarca van desde numerosos aspectos de la educación permanente (alfabetización de adultos, programas de expansión cultural, etc.), a tareas de complementación de la escuela; desde propias de la pedagogía del ocio, a otras que están relacionada con la formación profesional. Asimismo atiende a aspecto de la formación política, cívica y social; ambiental y ecológica; física; sanitaria; etc. Podemos destacar tres elementos diferentes en la ENF

Educación compensatoria:
alfabetización y alfabetización funcional (la primera se limita a la adquisición de conocimientos de lectura, escritura y cálculo mientras que la segunda avanza un poco más) Es la propia de la Educación de Adultos.

Educación transitoria:
orientación profesional, especialización en un determinado campo de actividades, perfeccionamiento, reciclaje profesional.

Educación complementaria:
acceso a bienes y objetos culturales, aprendizaje y adquisición de conocimientos, educación para el ocio.

Como complemento necesario a la EF, los escolapios promovemos la Educación No Formal a través del deporte, el Escultismo, teatro, clases de música, coros, voluntariado, animación lectora, etc… Entendemos que el programa oficial de clases resulta insuficiente para abarcar todas las necesidades educativas de los alumnos.

Muchas veces, resulta que estas acciones extracurriculares tienen más incidencia educativa que las propias clases. Sería interesante preguntar a nuestros exalumnos qué recuerdan mejor de su paso por la escuela. Seguro que nombrarán su paso por el coro, el equipo de basquet o el grupo juvenil. Esa al menos es mi experiencia y creo que la de muchos escolapios en activo.

¿Qué tienen los programas de Educación No Formal que tienen tanto poder educativo para los muchachos?

Son elegidos libremente en función de las necesidades y los intereses de los muchachos.

Están orientados a la práctica inmediata y están conectados con la vida diaria.

La metodología de trabajo concede mucha importancia a la interacción social del grupo.

En general, los educadores muestran un gran entusiasmo por el trabajo que hacen. A veces, lo realizan de modo voluntario.

Cumplen una función social clara.

El sistema de evaluación no es tanto personal como grupal y no genera tanto estress como el académico.

Al ser flexibles, los muchachos desarrollan mejor su capacidad creativa.

Hay otras ventajas que los escolapios podemos aprovechar para recrear nuestro ministerio calasancio en nuevos contextos.

No requiere de grandes ni costosas estructuras arquitectónicas.

No está sujeto a una regulación estatal fuerte.

Los programas educativos son flexibles y adaptables según las necesidades específicas de los educandos.

Suelen ser programas de corta o media duración.

Los educadores pueden escogerse más fácilmente sin grandes compromisos laborales.

En general, son mucho más baratos que montar una Escuela.

Al ser tan flexibles y baratos, permiten el acceso a poblaciones vulnerables.

Es más fácil conseguir recursos económicos para estos programas de ENF que para la Escuela.

Es muy difícil en Latinoamérica encontrar financiación para el sostenimiento de nuestras Escuelas. Aunque queramos tener una escuela para los pobres, no podemos hacerlo sin una financiación permanente que sólo puede venir de los gobiernos. En algún lugar, como es en el caso de la República Dominicana podemos tener una Escuela Popular gracias a un convenio de colaboración con la Secretaría de Educación. Sin ese convenio, nuestra Escuela sólo podría admitir a los que pudieran realmente pagarla.

Por ello, en todas las demarcaciones de América estamos abriendo nuevas experiencias de Educación No Formal porque nos permiten acceder mejor a los más pobres, como San José de Calasanz quería.

En La Romana, los escolapios no sólo tenemos una gran Escuela, sino que nos extendemos en algunos barrios más pobres a través de lo que nosotros llamamos Biblioteca Popular Calasanz.

Estas Bibliotecas son en realidad aulas donde los niños en edad escolar pueden acudir para hacer sus tareas de la Escuela, leer libros infantiles y juveniles, consultar una enciclopedia o simplemente, hacer un puzzle. También la educadora les plantea juegos educativos y una vez al mes, se realiza un campamento con un grupo de jóvenes voluntarios del barrio. Funcionan como un minicentro cultural en el barrio.

Dadas las carencias educativas con las que los niños vienen a la Biblioteca, la maestra tiene que realizar un trabajo compensatorio en las áreas más fundamentales.

Los niños vienen gratis a la biblioteca y con el paso del tiempo, se genera una hermosa relación entre ellos y con la educadora, como en cualquier aula.

Quereos que nuestra parroquia tenga un tono calasancio según se recoge en nuestras Constituciones: “En las parroquias y misiones que nos han sido confiadas, dedicamos especial atención, con espíritu calasancio, a la educación de la juventud” (Cons. Nº 99)

¿Cómo intentamos evangelizar en estas bibliotecas?

La gente del barrio sabe que la Biblioteca es una iniciativa de la Iglesia Católica Es realmente un servicio público y por lo tanto, un bien para toda la comunidad, sea de la confesión religiosa que sea. Este hecho dignifica al presencia testimonial de la Iglesia que “da gratis lo que ha recibido gratis”.

Ordinariamente, en el barrio no hay una presencia permanente de un religioso escolapio. Lo visitamos una o dos veces al mes. Por ello, mantener una biblioteca abierta todos los días es una referencia eclesial permanente para los vecinos. La gente pregunta a la educadora qué pueden hacer para bautizar a sus hijos, cuando se celebra misa, dónde pueden comprar un catecismo, etc…

La educadora es un miembro activo de la comunidad católica; por lo tanto, su presencia y testimonio ejercen un poder de atracción para las familias y los niños que se acercan. Muchos niños han acabado recibiendo catequesis para bautizarse y hacer su primera comunión aunque sus padres no manifestaban ninguna orientación religiosa.

No pretendemos hacer de la Biblioteca un centro de catequesis, pero sí un lugar dónde se respire evangelio calasancio, dónde los niños puedan crecer el las Letras y la Piedad y formarse como personas.

Esta experiencia es aún muy joven, pero estamos seguros que puede ser un buen modelo educativo para nuestra Escuela Pía llegue a los niños más pobres.

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