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Nombre: Alforja Calasanz
Ubicación: Valencia, Malvarrosa, Spain

viernes, enero 30, 2009

Experimento de Robert Rosenthal.

CIENCIA
Mensajes sutiles, ‘Código’ secreto. Sin desearlo ni saberlo, enviamos señales positivas o negativas a otras personas
Enrique Margery Bertoglia
El autor es consultor y miembro de la red internacional de ecología de los saberes (RIES).
ANCORA
LA NACIÓN, 30.XI.2008

En 1891, el profesor de matemáticas Wilhelm von Osten comenzó a exhibir a su caballo por todas las ferias de Alemania. Llamado Hans el inteligente (Kluge Hans), el equino era capaz de responder preguntas golpeando su pezuña contra el suelo. Si la pregunta era aritmética (v. gr.: “¿Cuánto es dos más tres?”), Hans daba cinco golpes; si la pregunta era alfabética, entonces la respuesta era un golpe para una A, dos para una B, etcétera.

Las habilidades intelectuales de Hans eran muy diversas: aparte de las cuatro operaciones básicas, era capaz de calcular raíces cuadradas, diferenciar entre tonos musicales, dar la hora y deletrear palabras. Aunque no siempre daba la respuesta correcta, su tasa de aciertos bastaba para asombrar al público.

Los supuestos talentos de Hans (“comparables a los de un chico de 14 años”, según von Osten) atrajeron oleadas de curiosos. Muy pronto, a este interés se sumaron los científicos. En 1904, el profesor Carl Stumpf buscó indicios de algún truco para explicar las habilidades del animal. Al no encontrar ninguna prueba, el investigador concluyó que la inteligencia del caballo era genuina.

La explicación. Sin embargo, Oskar Pfungst, un psicólogo, se mantenía escéptico. En 1907, en colaboración con Stumpf, decidió revisar el caso. Dentro de una tienda cerrada, sin espectadores o distractores, Hans fue puesto a prueba bajo diversas condiciones: un gran número de preguntas buscaba descartar el efecto del azar; había múltiples interrogadores, que no siempre conocían la respuesta a la pregunta que hacían y, en ocasiones, Hans estaba vendado.

Pronto quedó claro que, para responder correctamente, el cuadrúpedo necesitaba dos cosas: hacer contacto visual (intercambiar miradas) con la persona que hacía la pregunta, y que dicha persona ¡conociera la respuesta!

La conclusión fue que Hans no estaba realmente ejecutando las operaciones, sino respondiendo a claves visuales inconscientemente dadas por el investigador, von Oesten o los espectadores: a medida que los golpes de pezuña se acercaban a la respuesta correcta, Hans “leía” el incremento de tensión en la postura y en la expresión facial del humano, tensión que se liberaba cuando llegaba al golpe “correcto”. Este golpe daba al animal la señal para saber cuándo detenerse.

Por tanto, el comportamiento del animal era influido por claves sutiles y no intencionales dadas por el interrogador. Esto sería conocido como efecto Clever Hans (Hans, el inteligente, en inglés). Pfungst extendió luego el estudio y demostró que ese fenómeno también se verifica entre personas. Más aún, el investigador demostró que los interrogadores producen estas señales involuntarias a pesar de que conscientemente traten de suprimirlas.

En su obra “Las metamorfosis”, el poeta latino Ovidio cuenta la historia del escultor Pigmalión, que esculpe una figura de mujer, de la que se enamora y a la que nombra Galatea. Afrodita, diosa del amor, se compadece de Pigmalión y da vida a Galatea.

Genios de fantasía. En 1964, inspirado en el efecto Clever Hans y en el mito de Pigmalión, Robert Rosenthal (un profesor de psicología social de la Universidad de Harvard) inició un famoso experimento educativo.

Primero, aplicó una prueba de inteligencia a un grupo de escolares. Acto seguido, dividió al grupo en dos clases, al azar. A la profesora del primer grupo le dijo que tenía a cargo a estudiantes normales; a la del segundo grupo le señaló que sus estudiantes eran chicos “situados por encima del promedio, de los que se podía esperar progresos notables”. Claro está, la diferencia entre los dos grupos era pura ficción.

Al final del año, Rosenthal volvió a aplicar la prueba a todos los estudiantes. El resultado fue que los chicos del grupo experimental (los falsamente descritos como superdotados ante sus profesores) habían mejorado mucho más que el grupo de comparación.

Así las cosas, aunque los dos grupos eran igualmente competentes, las expectativas de sus profesores eran muy distintas. En colaboración con Lenore Jacobson, directora de la escuela, Rosenthal descubrió lo siguiente: los profesores que creían que un alumno era bueno, le sonreían con más frecuencia, lo miraban más tiempo a los ojos, le daban más retroalimentación (sin importar si sus respuestas eran correctas o incorrectas) y sus reacciones de elogio eran más claras.

La predicción de Rosenthal probó ser correcta: al darles información de que ciertos estudiantes eran más inteligentes que otros, sus profesores se comportaban inconscientemente de manera que el éxito de estos estudiantes se viera facilitado.

El estudio se titula “Pigmalión en el aula”; fue publicado en 1968 y dio lugar al efecto Rosenthal. Según éste, las personas que tienen expectativas positivas de sus hijos, alumnos o colaboradores (otras personas, en general), generan un clima socioemocional más cálido en ese grupo. Además, entregan más información, dan mejor retroalimentación sobre los resultados alcanzados y ofrecen las mejores oportunidades a este grupo.

De tal modo, los profesores dan más enseñanza a los alumnos de los que esperan más (los incitan a responder frecuentemente, les presentan problemas retadores y los ayudan a encontrar la respuesta correcta).

Empero, el fenómeno funciona en las dos direcciones pues, en posteriores experimentos, Rosenthal encontró que los profesores no respondían bien a los buenos resultados de los estudiantes que consideraban menos inteligentes. En sus propias palabras: “Un buen resultado inesperado tiene riesgos para el que lo alcanza”.

Creer para ver. Igual que Pigmalión esculpió pacientemente en la piedra su imagen de la “mujer ideal”, a través de las expectativas (positivas o negativas) que tenemos de otros estamos ayudando a que esta imagen cobre vida y se vuelva realidad.

Dado que los seguidores internalizan las expectativas de sus líderes y tienden a cumplirlas, la confianza que un líder tenga en sus seguidores es determinante: si los cree diamantes en bruto, alimentará en ellos fuertes creencias de autoeficiencia; pero la mediocridad se verá fortalecida, si los cree unos inútiles.

De ahí proviene la gran responsabilidad que implica el liderazgo. Charles de Talleyrand (un político francés del siglo XIX) lo expresó con contundencia: “Siento más temor de un ejército de cien ovejas dirigido por una leona, que de un ejército de cien leonas dirigido por una oveja”.

El efecto Clever Hans nos recuerda que comunicamos mucho más de lo que suponemos. Así las cosas, no debería sorprendernos la supuesta capacidad de los adivinadores para leer nuestro futuro en las cartas o en el fondo de tazas de té: lo que debería maravillarnos es su habilidad para descifrar las respuestas que nosotros mismos les damos.

Por otra parte, el efecto Rosenthal subraya la importancia de manejar expectativas positivas hacia aquellos a quienes dirigimos, orientamos o enseñamos. Johann Wolfgang Goethe, poeta y dramaturgo alemán, decía que, si tratamos a una persona como lo que es, seguirá siendo lo que es; pero, si la tratamos como lo que podría ser, entonces se convertirá en todo lo que puede llegar a ser.

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Era un mendigo que derrochaba amor, 3 y última parte

P. Reyes Muñoz Tónix, escolapio
293 Chiautempan XI.XII, 2008

Muchos querían tener algo de ti. Te consideraban un santo, aunque una inmensa mayoría sólo quisiera colgarse de tu fama. ¡Ahora resulta que todos te conocen!, cuando en vida fui testigo presencial del rechazo que causaban tus palabras, y aún más tu modo de vivir.

En medio del silencio, llega el servicio funerario de una reconocida agencia. A fuera hace frío. Suben la caja de madera pobre que lleva tu cuerpo, y yo voy contigo. Todo sucede a prisa, no hay tiempo para la reflexión. Dos sirenas de policía se prenden y rompen el silencio: son dos motocicletas del servicio de seguridad del gobierno del Distrito Federal que nos abren paso. ¡Famoso aún muerto!, pienso. Y el cortejo fúnebre va camino a la agencia funeraria para prepararte y que todos te vean. Y digo bien, prepararte, porque han pasado varios días de tu muerte. El recorrido se hace a prisa, no hay tráfico. En los sótanos de la funeraria ya esperan quienes te examinan, detectan parte de tu cuerpo amoratado, y lo tiñen con un tinte color carne, que te hace parecer más joven, más fresco. Te cepillan la larga barba y la perfuman para enmascarar el olor característico de la muerte. Te quedas como durmiendo. Los expertos han hecho un buen trabajo. Ya no eres el del aeropuerto.

Te visten con ropas limpias que han traído. En mi arrebato de verte no me acordé de llevar nada. Un diácono conocido tuyo, que trabajaba contigo y que después quiso imitarte, te coloca una casulla blanca. ¿Por qué no se me ocurrió a mí? Me reclamo; habría traído una casulla con motivos escolapios, que tuvieran bien impreso la Piedad y las Letras, el lema de nuestra Orden Religiosa que amaste, para que todos la vieran y te reconocieran como escolapio. Así vestido yaces ahora en un ataúd amplio y hermoso, ya no en la caja brusca de madera. Y algo de mi se alegra, aunque debo ser sincero, ¡pocas veces te vi arreglado y limpio!

Llega el momento más difícil, el de llevarte con tus hijos, con los de la calle, a quienes amaste y te amaron, a la “banda” que ya ha sido informada. Te esperan en una de tus casas, en Xola. Allí está agolpada mucha gente, pero la mayoría son niños y jóvenes. El ambiente huele a vacío y soledad, a tristeza y angustia, a desesperación, preludio de lo que pasó meses después, cuando algunos de tus hijos drogados se unieron literalmente a tu muerte. Huele a droga barata, a mugre y suciedad. Se oyen voces, pero más que voces son ruidos, albures, malas palabras, mezclados con llanto sincero que traduce cariño.

Los chavos sufren y otros sólo miran su sufrimiento. Los reporteros se regodean tomando fotos que saldrán en las planas de los periódicos del día siguiente. En medio del asombro y la noticia, del dolor, del luto, lanzan vivas a tu nombre, te aplauden, te gritan: ¡viva el Chincha! Una y otra vez se oye este grito desgarrador que sale de la boca de los niños y jóvenes, y adultos que allí están congregados. Hay cantos y discursos que no se oyen por el griterío. Hay chavos que han venido sólo por venir, como tanta gente quizá, movidos por la noticia; otros por amor.

Se celebra una misa en medio del ruido. Se dice que estás en el cielo, que fuiste bueno, que Dios te recompensará, y no se cuántas cosas más. Se reparte la comunión en medio de un ambiente poco litúrgico. La gente estaba más ansiosa de verte, de pasar a despedirse a tu lado. Un hombre al fondo gritaba que debían comulgar todos, que tú estabas en la hostia; ¡reciban al Chincha!, decía; “todos pueden pasar”, murmuraba. Cómo me hubiera gustado verte decirle ¡pendejo! A los chavos, por supuesto, les valía madre, ellos querían verte de vuelta, querían a su papá, como te llamaban. Una imagen guardaré siempre en mi memoria, como un regalo de Dios que siempre recordaré: era una chava de la calle que se aferraba al ataúd, te abrazaba y lloraba dulcemente; no decía nada porque nada tenía que decir. Lloraba la perdida de quien la había rescatado de la calle y la prostitución; se aferraba a quien le había devuelto la dignidad, a quien la había mirado y tocado no como a un objeto, sino como a una persona. Era sincera, no alardeaba, sólo sufría y te honraba con sus lágrimas.

La noche transcurrió en vela. Al día siguiente, temprano, fue la funeraria para llevarte a Felix Cuevas, para que el público en general fuera a ‘despedirse’. Allí se aglutinaron famosos personajes públicos y totales desconocidos, ricos y pobres, viejos y niños. Gente de todo tipo. A las afueras reportajes y entrevistas, curiosos y algunos con ganas de destacar. Tu muerte fue noticia nacional. Murió el Padre de los pobres, se leyó en el titular de varios diarios.

Tras bambalinas se arregló lo del entierro. Y gracias a gente muy buena se pudieron dar muchos arreglos. Todos en algún momento sentían que eras de su propiedad. En la primer reunión del patronato yo había ofrecido que los escolapios nos hiciéramos cargo, e incluso mencioné que los Padres teníamos lugares en donde podríamos tenerlo. Tal osadía me causó una gran reprimenda de gente que ni siquiera conocía de Hogares Providencia, ¿con qué derecho decía eso?, ¿en nombre de quién? Al final prosperó lo que Dios designó: la Iglesia de San Jeronimito, ubicada a un costado del metro Candelaria de la Ciudad de México D.F., en donde a sus alrededores convergen todavía centros de prostitución y una inmensidad de pobres que por allí transitan. El lugar a simple vista no es de los más hermosos, más bien se respira el ambiente de los pobres. Ahí descansa el Chincha actualmente para quienes quieran recordarlo. No está por demás decir que hubo quienes ofrecieron sus nichos en zonas exclusivas. Los designios de Dios no son los del hombre, no cabe duda.

El problema de enterrarlo en el pequeño templo no fue menor. Era un espacio público, no cumplía con las cuestiones de salubridad, permisos del gobierno, y muchos etcéteras. Sin embargo, la gente que rodeaba al Chincha era gente influyente, lo cual facilitó las cosas. Todo es posible en esta hermosa tierra. Yo prefiero pensar que todo fue querido por Dios, así le hubiera gustado pensar al Chincha.

Resguardado por la policía, salió el Chincha rumbo a Catedral. Mucha gente se agolpó en las calles para despedirte. Las sirenas te abrían paso. Detrás de la carroza negra, se me permitió ir en un carro de un amigo poblano, Israel, que vino a ofrecerse amablemente a ayudarnos en todo lo que se ofreciera. En pleno Centro Histórico, una mar de gente te esperaba. Muchos querían tocar el ataúd, tomar algo de ti, porque corrió la voz de que ahí iba un santo. Y no miento cuando digo que te creían eso, porque hubo empujones de todo tipo, el ataúd se balanceaba de un lugar a otro. Entonces se tomó la decisión de cubrirte: los chavos más grandes, agarrados de las manos hicieron un círculo en torno a ti. ‘Nadie se suelte’ era la consigna. Y los empujones se incrementaban a medida que eras introducido al Templo. Hubo de todo: mentadas de madre, palabras antisonantes, actitudes groseras. Yo en medio de ellos, de los chavos; llevo días sin comer, sin bañarme, con la misma ropa, no me diferencio de ellos. A la entrada, una fila de sacerdotes esperan, todos vestidos de blanco, han venido de diferentes lugares, solo miran asombrados, incluso algunos -alcanzo a notar- están molestos por los empujones y la falta de organización, pero no dicen nada, solo lanzan miradas. Un amigo mío me ve. Yo lo veo, no tengo nada que decir. Un grito me vuelve a la realidad, ‘no se suelten’, que entre el Chincha, ‘el Chincha primero bola de maricones’. El que grita no sabe nada de liturgia. Al final es introducido, y todos caminan junto con él. A distancia veo a niños trepados entre las paredes y las bancas. Gentes beatas se molestan y regañan. Ellos quieren estar hasta el último momento con quien fue su padre.

Yo suelto el contingente, alguien me habla, me urge a soltarme de los brazos entrelazados. Hay un problema dice. Hay que ir a San Jeronimito. No se podrá enterrar hoy el Chincha, le alcanzo a escuchar: “salubridad a revisado los trabajos y no concede el permiso para el entierro. La profundidad donde descansará el cuerpo, debajo de la tierra, no tiene las medidas correspondientes; hay que cavar más profundo y no se puede hacer hoy, no da tiempo”. Solución: tapar el hoyo, improvisar una noche más de duelo y velorio. Pretextos para ello hay muchos. La pregunta es ¿cómo se tapa un hoyo sin conocer a nadie?

El tiempo apremia. Se nos avisa que está por terminar la misa. ‘Que salga en procesión, caminando’, se decide. Al mismo tiempo se acude a una Iglesia vieja cercana del rumbo. Allí prestarán unas tablas. No hay tiempo que perder. Voy con algunos hombres piadosos, sin transporte ya que tardaríamos más dicen los que conocen el rumbo. Hay que cargarlas unas diez cuadras, aproximadamente. Y así se hace, toreando carros de transporte y particulares, que se enojan, nos ofenden, por detener el tráfico. Ellos no tienen la culpa, no saben para que serán utilizadas.

Dentro de la Iglesia vieja, a punto de caerse, vivo una experiencia que no olvidaré jamás, y que más de una vez me ha quitado el sueño. ‘Una joven está comiendo en una mesa improvisada; a su alrededor, una mujer con una mano diminuta, extrañamente deforme, se sirve un taco; otra con un ojo descompuesto, totalmente blanco y saltado de su órbita espera su turno sonriendo; un anciano sin un pie está sentado en un par de ladrillos que le sirven de silla, está sucio y orinado; unos chimuelos, otros con carita deforme comen a prisa, con temor a que se acabe la comida, escupiendo mientras hablan. En el centro hay un cura joven, en su rostro ni una mueca de asco ni de desaprobación cuando la comida resbala por la barba del hombre viejo. Yo me acerco temeroso. Ellos me invitan a sentarme. Yo me disculpo, explico mi prisa. Siempre hay tiempo, me dice el sacerdote al ver mi desconcierto. Tomo el vaso de refresco que me ofrece una humilde señora, más por compromiso que por gusto. Salgo aprisa. Afuera en el atrio hay muchas palomas negras que vuelan cuando pasamos con las tablas, y muchas sexoservidoras que ofrecen su servicio por una paga barata. Son mujeres del interior del país, se ve a leguas, que por menos de cincuenta pesos ofrecen lo único que tienen para sobrevivir, su cuerpo. Algunos cabrones se aprovecharán de ellas más tarde; varones que no tienen nada de hombres, gente sin escrúpulos que no saben nada del amor.

Sorteando toda clase de obstáculos, llegamos a San Jeronimito. Ponemos las tablas. Se cubre el hoyo. Me duele el brazo. A una cuadra está la procesión. A medida que se ha caminado, algunos se han ido yendo. Con todo, llega un tumulto comparado con el espacio del pequeño templo. Se dicen palabras más, palabras menos. Se agradece a los presentes con un alta voz. Los niños de la calle, de los Hogares Providencia, de otras instituciones, están allí, se sienten cómodos, ese si es su ambiente. Tienen monas en las manos y las aspiran (estopa o un pedazo de tela remojada en thiner, un diluyente químico). En lugar de incienso, olor a cemento y droga en la calle. Se pone el ataúd encima de un hoyo que se terminará por la noche.

En el ambiente hay una aparente calma. Se respira resignación, y se advierten cuerpos cansados. Con la aceptación de la muerte, llega el desprendimiento para algunos. Múltiples coronas de flores, con listones que citan la procedencia, están alrededor y adornan el entorno. Junto a ti hay amigos cercanos que sí reconozco. No estarás solo, están los tuyos. He identificado a dos de tus hermanos de sangre, han venido de Europa. Me alegro entrañablemente. Me presentan, los saludo. No digo mucho. No se parecen a ti, son más educados, atentos. Están contigo y eso es una bendición, pienso. Me despido de mi superior escolapio, el P. Fernando, estoy cansado. Voy hasta donde estás. Toco el ataúd, me despido, oro por ti y por mí. Adiós amigo.

Camino hacia la entrada del metro Candelaria. En cuanto entro me pierdo entre la gente. Es de tarde, pero no ha anochecido. Nadie sabe lo que pasa arriba de la estación del metro. Veo pasar los vagones del metro que corren en dirección contraria. Pienso en los días que he pasado, agradezco, imploro, rezo, te siento. Te conocí en persona, ahora en la muerte. Bendigo a Dios por conocerte. No dejaste a los chavos de los hogares, nos dejaste a muchos. Cúmplase al final la voluntad de Dios, como es, como debe ser, hoy, mañana y siempre.

P. Reyes Muñoz Tónix, escolapio

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jueves, enero 29, 2009

Discurso de toma de posesión de J.F.Kennedy

20 de enero de 1961

Compatriotas:

Celebramos hoy, no la victoria de un partido, sino un acto de libertad - simbólico de un fin tanto como de un comienzo - que significa una renovación a la par que un cambio, pues ante vosotros y ante Dios Todopoderoso he prestado el solemne juramento concebido por nuestros antepasados hace casi 165 años. El mundo es muy distinto ahora. Porque el hombre tiene en sus manos poder para abolir toda forma de pobreza y para suprimir toda forma de vida humana. Y, sin embargo, las convicciones revolucionarias por las que lucharon nuestros antepasados siguen debatiéndose en todo el globo; entre ellas, la convicción de que los derechos del hombre provienen no de la generosidad del Estado, sino de la mano de Dios.

No olvidemos hoy día que somos los herederos de esa primera revolución. Que sepan desde aquí y ahora amigos y enemigos por igual, que la antorcha ha pasado a manos de una nueva generación de norteamericanos, nacidos en este siglo, templados por la guerra, disciplinados por una paz fría y amarga, orgullosos de nuestro antiguo patrimonio, y no dispuestos a presenciar o permitir la, lenta desintegración de los derechos humanos a los que esta nación se ha consagrado siempre, y a los que estamos consagrados hoy aquí y en todo el mundo.

Que sepa toda nación, quiéranos bien o quiéranos mal, que por la supervivencia y el triunfo de la libertad hemos de pagar cualquier precio, sobrellevar cualquier carga, sufrir cualquier penalidad, acudir en apoyo de cualquier amigo y oponernos a cualquier enemigo.

Todo esto prometemos, y mucho más.

A los viejos aliados cuyo origen cultural y espiritual compartimos, les brindamos la lealtad de los amigos fieles. Unidos, es poco lo que no nos es dado hacer en un cúmulo de empresas cooperativas; divididos, es poco lo que nos es dado hacer, pues reñidos y distanciados no osaríamos hacer frente a un reto poderoso.

A aquellos nuevos estados que ahora acogemos con beneplácito en las filas de los libres, prometemos nuestra determinación de no permitir que una forma de dominación colonial desaparezca solamente para ser reemplazada por una tiranía harto más férrea. No esperaremos que secunden siempre todo punto de vista, nuestro, pero abrigaremos siempre la esperanza de verlos defendiendo vigorosamente su propia libertad, y recordando que, en el pasado, los que insensatamente se entregaron a buscar el poder cabalgando a lomo de tigre acabaron invariablemente por ser devorados por su cabalgadura.

A los pueblos de las chozas y aldeas de la mitad del globo que luchan por romper las cadenas de la miseria de sus masas, les prometemos nuestros mejores esfuerzos para ayudarlos a ayudarse a sí mismos, por el periodo que sea preciso, no porque quizás lo hagan los comunistas, no porque busquemos sus votos, sino porque es justo. Si una sociedad libre no puede ayudar a los muchos que son pobres, no podrá salvar a los pocos que son ricos.

A nuestras hermanas repúblicas allende nuestra frontera meridional les ofrecemos una promesa especial: convertir nuestras buenas palabras en buenos hechos mediante una nueva Alianza Para el Progreso; ayudar a los hombres libres y los gobiernos libres a despojarse de las cadenas de la pobreza. Pero esta pacífica revolución de esperanza no puede convertirse en la presa de las potencias hostiles. Sepan todos nuestros vecinos que nos sumaremos a ellos para oponernos a la agresión y la subversión en cualquier parte de las Américas. Y sepa cualquier otra potencia que este hemisferio se propone seguir siendo el amo de su propia casa.

A esa asamblea mundial de estados soberanos, las Naciones Unidas, que es nuestra última y mejor esperanza de una era en que los instrumentos de guerra han sobrepasado, con mucho, a los instrumentos de paz, renovamos nuestra promesa de apoyo: para evitar que se convierta en un simple foro de injuria, para fortalecer la protección que presta a los nuevos y a los débiles, y para ampliar la extensión a la que pueda llegar su mandato.

Por último, a las naciones que se erigirían en nuestro adversario, les hacemos no una promesa sino un requerimiento : que ambas partes empecemos de nuevo la búsqueda de la paz, antes de que las negras fuerzas de la destrucción desencadenadas por la ciencia suman a la humanidad entera en su propia destrucción, deliberada o accidental.

No les tentemos con la debilidad, porque sólo cuando nuestras armas sean suficientes sin lugar a dudas, podremos estar seguros sin lugar a dudas de que no se utilizarán jamás. Pero tampoco es posible que dos grandes y poderosos grupos de naciones se sientan tranquilos en una situación presente que nos afecta a ambos, agobiadas ambas partes por el costo de las armas modernas, justamente alarmadas ambas por la constante difusión del mortífero átomo, y compitiendo, no obstante, ambas, por alterar el precario equilibrio de terror que contiene la mano de la postrera guerra de la humanidad.

Empecemos, pues, de nuevo, recordando en ambas partes que la civilidad no es indicio de debilidad, y que la sinceridad puede siempre ponerse a prueba. No negociemos nunca por temor, pero no tengamos nunca temor a negociar.

Exploremos ambas partes qué problemas nos unen, en vez de insistir en los problemas que nos dividen.

Formulemos ambas partes, por primera vez, proposiciones serias y precisas para la inspección y el control de las armas, y para colocar bajo el dominio absoluto de todas las naciones el poder absoluto para destruir a otras naciones.

Tratemos ambas partes de invocar las maravillas de la ciencia, en lugar de sus terrores. Exploremos juntas las estrellas, conquistemos los desiertos, extirpemos las enfermedades, aprovechemos las profundidades del mar y estimulemos las artes y el comercio.

Unámonos ambas partes para acatar en todos los ámbitos de la tierra el mandamiento de Isaías llamado a: “deshacer los pesados haces de opresión, (y) dejar ir libres a los quebrantados”.

Y si con la cabeza de playa de la cooperación es posible despejar las selvas de la suspicacia, unámonos ambas partes para crear un nuevo empeño, no un nuevo equilibrio de poder, sino un nuevo mundo bajo el imperio de la ley, en el que los fuertes sean justos, los débiles se sientan seguros y se preserve la paz.

No se llevará a cabo todo esto en los primeros 100 días. Tampoco se llevará a cabo en los primeros 1.000 días, ni en la vida de este Gobierno, ni quizá siquiera en el curso de nuestra vida en este planeta. Pero empecemos.

En vuestras manos, compatriotas, más que en las mías, está el éxito o el fracaso definitivo de nuestro empeño. Desde que se fundó este país, cada generación de norteamericanos ha debido dar fe de su lealtad nacional. Las tumbas de los jóvenes norteamericanos que respondieron al llamamiento de la patria circundan el globo.

Los clarines vuelven a llamarnos. No es una llamada a empuñar las armas, aunque armas necesitamos; no es una llamada al combate, aunque combate entablemos, sino una llamada a sobrellevar la carga de una larga lucha año tras año, “gozosos en la esperanza, pacientes en la tribulación”: una lucha contra los enemigos comunes del hombre : la tiranía, la pobreza, la enfermedad y la guerra misma.

¿Podremos forjar contra estos enemigos una grande y global alianza ?al norte y al sur, al este y al oeste?, que pueda garantizarle una vida fructífera a toda la humanidad? ¿Queréis participar en esta histórica empresa?

Sólo a unas cuantas generaciones, en la larga historia del mundo, les ha sido otorgado defender la libertad en su hora de máximo peligro. No rehuyo esta responsabilidad. La acepto con beneplácito. No creo que ninguno de nosotros se cambiaría por ningún otro pueblo ni por ninguna otra generación. La energía, la fe, la devoción que pongamos en esta empresa iluminará a nuestra patria y a todos los que la sirven, y el resplandor de esa llama podrá en verdad iluminar al mundo.

Así pues, compatriotas: preguntad, no qué puede vuestro país hacer por vosotros; preguntad qué podéis hacer vosotros por vuestro país.

Conciudadanos del mundo: preguntad, no qué pueden hacer por vosotros los Estados Unidos de América, sino qué podremos hacer juntos por la libertad del hombre.

Finalmente, ya seáis ciudadanos norteamericanos o ciudadanos del mundo, solicitad de nosotros la misma medida de fuerza y sacrificio que hemos de solicitar de vosotros. Con una conciencia tranquila como nuestra única recompensa segura, con la historia como juez supremo de nuestros actos, marchemos al frente de la patria que tanto amamos, invocando Su bendición y Su ayuda, pero conscientes de que aquí en la Tierra la obra de Dios es realmente la que nosotros mismos realicemos.

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Discurso: "Tengo un sueño"

Por Martin Luther King, Jr.
28 de agosto de 1963

Discurso leído en las gradas del Lincoln Memorial durante la histórica marcha sobre Washington

Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.

Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.

Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.

También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.

Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.

1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia.

Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.

Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"

Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".

Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.

Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.

Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".

Sueño que un día
esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día,
en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día,
incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño
que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día,
el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que algún día
los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.

Esta es nuestra esperanza.

Esta es la fe
con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.

Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a ti te canto. Tierra de libertad donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.

Por eso,
¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire!
¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York!
¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania!
¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado!
¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California!

Pero no sólo eso:
¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia!
¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse!
¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí!

"De cada costado de la montaña, que repique la libertad".

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro:

"¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"

Washington, DC
28 de agosto de 1963

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Discurso de toma de posesión de Barack Obama

20 de enero de 2009

Compatriotas: Me encuentro hoy aquí con humildad ante la tarea que enfrentamos, agradecido por la confianza que me ha sido otorgada, consciente de los sacrificios de nuestros antepasados. Agradezco al presidente Bush su servicio a nuestra nación, así como la generosidad y cooperación que ha demostrado a lo largo de esta transición.

Ya son cuarenta y cuatro los norteamericanos que han hecho el juramento presidencial. Estas palabras han sido pronunciadas durante mareas de prosperidad y aguas tranquilas de la paz. Y, sin embargo, a veces el juramento se hace en medio de nubarrones y furiosas tormentas. En estos momentos, Estados Unidos se ha mantenido no sólo por la pericia o visión de los altos cargos, sino porque nosotros, el pueblo, hemos permanecido fieles a los ideales de nuestros antecesores y a nuestros documentos fundacionales.

Así ha sido. Y así debe ser con esta generación de norteamericanos.

Que estamos en medio de una crisis es algo muy asumido. Nuestra nación está en guerra frente a una red de gran alcance de violencia y odio. Nuestra economía está gravemente debilitada, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos, pero también por el fracaso colectivo a la hora de elegir opciones difíciles y de preparar a la nación para una nueva era.

Se han perdido casas y empleos y se han cerrado empresas. Nuestro sistema de salud es caro; nuestras escuelas han fallado a demasiados; y cada día aporta nuevas pruebas de que la manera en que utilizamos la energía refuerza a nuestros adversarios y amenazan a nuestro planeta.

Estos son los indicadores de una crisis, según los datos y las estadísticas. Menos tangible pero no menos profunda es la pérdida de confianza en nuestro país - un temor persistente de que el declive de Estados Unidos es inevitable y de que la próxima generación debe reducir sus expectativas.

Hoy os digo que los desafíos a los que nos enfrentamos son reales. Son graves y son muchos. No los enfrentaremos fácilmente o en un corto periodo de tiempo. Pero Estados Unidos debe saber que les haremos frente.

Hoy nos reunimos porque hemos elegido la esperanza sobre el temor, la unidad de propósitos sobre el conflicto y la discordia. Hoy hemos venido a proclamar el fin de las quejas mezquinas y las falsas promesas, de las recriminaciones y los dogmas caducos que durante demasiado tiempo han estrangulado a nuestra política.

Seguimos siendo una nación joven, pero, según las palabras de las Escrituras, ha llegado el momento de dejar de lado los infantilismos. Ha llegado el momento de reafirmar nuestro espíritu de firmeza: de elegir nuestra mejor historia; de llevar hacia adelante ese valioso don, esa noble idea que ha pasado de generación en generación: la promesa divina de que todos son iguales, todos son libres y todos merecen la oportunidad de alcanzar la felicidad plena.

Al reafirmar la grandeza de nuestra nación, somos conscientes de que la grandeza nunca es un regalo. Debe ganarse. Nuestro camino nunca ha sido de atajos o de conformarse con menos. No ha sido un camino para los pusilánimes, para los que prefieren el ocio al trabajo o buscan sólo los placeres de la riqueza y la fama. Más bien, han sido los que han asumido riesgos, los que actúan, los que hacen cosas -algunos de ellos reconocidos, pero más a menudo hombres y mujeres desconocidos en su labor, los que nos han llevado hacia adelante por el largo, escarpado camino hacia la prosperidad y la libertad.

Por nosotros se llevaron sus pocas posesiones materiales y viajaron a través de los océanos en busca de una nueva vida.

Por nosotros trabajaron en condiciones infrahumanas y se establecieron en el oeste; soportaron el látigo y araron la dura tierra.

Por nosotros lucharon y murieron en lugares como Concord y Gettysburg, Normandía y Khe Sahn.

Una y otra vez estos hombres y mujeres lucharon y se sacrificaron y trabajaron hasta tener llagas en las manos para que pudiéramos tener una vida mejor. Veían a Estados Unidos más grande que la suma de nuestras ambiciones individuales, más grande que todas las diferencias de origen, riqueza o facción.

Este es el viaje que continuamos hoy. Seguimos siendo la nación más próspera y poderosa de la Tierra. Nuestros trabajadores no son menos productivos que cuando empezó esta crisis. Nuestras mentes no son menos inventivas, nuestros bienes y servicios no son menos necesarios que la semana pasada, el mes pasado o el año pasado. Nuestra capacidad no ha disminuido. Pero el tiempo del inmovilismo, de la protección de intereses limitados y de aplazar las decisiones desagradables, ese tiempo seguramente ha pasado. A partir de hoy, debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y volver a empezar la tarea de rehacer Estados Unidos.

Porque allí donde miremos, hay trabajo que hacer. El estado de la economía requiere una acción audaz y rápida y actuaremos no sólo para crear nuevos empleos sino para levantar nuevos cimientos para el crecimiento. Construiremos carreteras y puentes, las redes eléctricas y las líneas digitales que alimentan nuestro comercio y nos mantienen unidos. Pondremos a la ciencia en el lugar donde se merece y aprovecharemos las maravillas de la tecnología para aumentar la calidad de la sanidad y reducir su coste. Utilizaremos el sol, el viento y la tierra para alimentar a nuestros automóviles y hacer funcionar nuestras fábricas. Y transformaremos nuestras escuelas y universidades para hacer frente a las necesidades de una nueva era.

Todo esto podemos hacerlo. Y todo esto lo haremos.

Algunos cuestionan la amplitud de nuestras ambiciones y sugieren que nuestro sistema no puede tolerar demasiados grandes planes. Sus memorias son cortas. Porque han olvidado lo que este país ya ha hecho; lo que hombres y mujeres libres pueden lograr cuando la imaginación se une al interés común y la necesidad a la valentía.

Lo que no entienden los cínicos es que el terreno que pisan ha cambiado y que los argumentos políticos estériles que nos han consumido durante demasiado tiempo ya no sirven.

La pregunta que nos hacemos hoy no es si nuestro gobierno es demasiado grande o pequeño, sino si funciona -ya sea para ayudar a las familias a encontrar trabajos con un sueldo decente, cuidados que pueden pagar y una jubilación digna. Allí donde la respuesta es sí, seguiremos avanzando y allí donde la respuesta es no, pondremos fin a los programas. Y a los que manejamos el dinero público se nos pedirán cuentas para gastar con sabiduría, cambiar los malos hábitos y hacer nuestro trabajo a la luz del día, porque sólo entonces podremos restablecer la confianza vital entre un pueblo y su gobierno.

La cuestión para nosotros tampoco es si el mercado es una fuerza del bien o del mal. Su poder para generar riqueza y expandir la libertad no tiene rival, pero esta crisis nos ha recordado a todos que sin vigilancia, el mercado puede descontrolarse y que una nación no puede prosperar durante mucho tiempo si favorece sólo a los ricos. El éxito de nuestra economía siempre ha dependido no sólo del tamaño de nuestro Producto Nacional Bruto, sino del alcance de nuestra prosperidad, de nuestra habilidad de ofrecer oportunidades a todos los que lo deseen, no por caridad sino porque es la vía más segura hacia el bien común.

En cuanto a nuestra defensa común, rechazamos como falsa la elección entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros padres fundadores, enfrentados a peligros que apenas podemos imaginar, redactaron una carta para garantizar el imperio de la ley y los derechos humanos, una carta que se ha expandido con la sangre de generaciones. Esos ideales aún alumbran el mundo y no renunciaremos a ellos por conveniencia. Y a los otros pueblos y gobiernos que nos observan hoy, desde las grandes capitales al pequeño pueblo donde nació mi padre: sabed que América es la amiga de cada nación y cada hombre, mujer y niño que persigue un futuro de paz y dignidad y de que estamos listos a asumir el liderazgo una vez más.

Recordad que generaciones anteriores se enfrentaron al fascismo y al comunismo no sólo con misiles y tanques, sino con sólidas alianzas y firmes convicciones. Comprendieron que nuestro poder solo no puede protegernos ni nos da derecho a hacer lo que nos place. Sabían por contra que nuestro poder crece a través de su uso prudente, de que la seguridad emana de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo y las cualidades de la templanza, la humildad y la contención.

Somos los guardianes de este patrimonio. Guiados de nuevo por estos principios, podemos hacer frente a esas nuevas amenazas que exigen aún mayor esfuerzo - incluso mayor cooperación y entendimiento entre las naciones. Comenzaremos a dejar Irak, de manera responsable, a su pueblo, y forjar una paz ganada con dificultad en Afganistán.

Con viejos amigos y antiguos contrincantes, trabajaremos sin descanso para reducir la amenaza nuclear y hacer retroceder el fantasma de un planeta que se calienta. No vamos a pedir perdón por nuestro estilo de vida, ni vamos a vacilar en su defensa, y para aquellos que pretenden lograr su fines mediante el fomento del terror y de las matanzas de inocentes, les decimos desde ahora que nuestro espíritu es más fuerte y no se lo puede romper; no podéis perdurar más que nosotros, y os venceremos.

Porque sabemos que nuestra herencia multiétnica es una fortaleza, no una debilidad. Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos y e hindúes - y de no creyentes. Estamos formados por todas las lenguas y culturas, procedentes de cada rincón de esta Tierra; debido a que hemos probado el mal trago de la guerra civil y la segregación, y resurgido más fuertes y más unidos de ese negro capítulo, no podemos evitar creer que los viejos odios se desvanecerán algún día, que las líneas divisorias entre tribus pronto se disolverán; que mientras el mundo se empequeñece, nuestra humanidad común se revelará; y América tiene que desempeñar su papel en el alumbramiento de una nueva era de paz.

Al mundo musulmán, buscamos un nuevo camino adelante, basado en el interés mutuo y el respeto mutuo. A aquellos líderes en distintas partes del mundo que pretenden sembrar el conflicto, o culpar a Occidente de los males de sus sociedades - sepáis que vuestros pueblos os juzgarán por lo que podéis construir, no por lo que destruyáis.

A aquellos que se aferran al poder mediante la corrupción y el engaño y la represión de la disidencia, tenéis que saber que estáis en el lado equivocado de la Historia; pero os tenderemos la mano si estáis dispuestos a abrir el puño.

A los pueblos de las naciones más pobres, nos comprometemos a colaborar con vosotros para que vuestras granjas florezcan y dejar que fluyan aguas limpias; dar de comer a los cuerpos desnutridos y alimentar las mentes hambrientas. Y a aquellas naciones que, como la nuestra, gozan de relativa abundancia, les decimos que no nos podemos permitir más la indiferencia ante el sufrimiento fuera de nuestras fronteras, ni podemos consumir los recursos del mundo sin tomar en cuenta las consecuencias. Porque el mundo ha cambiado, y nosotros tenemos que cambiar con él.

Al contemplar la ruta que se despliega ante nosotros, recordamos con humilde agradecimiento aquellos estadounidenses valientes quienes, en este mismo momento, patrullan desiertos lejanos y montañas distantes. Tienen algo que decirnos, al igual que los héroes caídos que yacen en (el cementerio nacional de) Arlington susurran desde los tiempos lejanos. Les rendimos homenaje no sólo porque son los guardianes de nuestra libertad, sino también porque encarnan el espíritu de servicio; la voluntad de encontrar sentido en algo más grande que ellos mismos. Sin embargo, en este momento -un momento que definirá una generación- es precisamente este espíritu el que tiene que instalarse en todos nosotros.

Por mucho que el gobierno pueda y deba hacer, en última instancia esta nación depende de la fe y la decisión del pueblo estadounidense. Es la bondad de acoger a un extraño cuando se rompen los diques, la abnegación de los trabajadores que prefieren recortar sus horarios antes que ver a un amigo perder su puesto de trabajo, lo que nos hace superar nuestros momentos más oscuros. Es la valentía del bombero al subir una escalera llena de humo, pero también la voluntad del progenitor de cuidar a un niño, lo que al final decide nuestra suerte.

Nuestros desafíos podrían ser nuevos. Las herramientas con que los hacemos frente podrían ser nuevas. Pero esos valores sobre los que depende nuestro éxito - el trabajo duro y la honestidad, la valentía y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo - esas cosas son viejas. Esas cosas son verdaderas. Han sido la fuerza silenciosa detrás de nuestro progreso durante toda nuestra historia. Lo que se exige, por tanto, es el regreso a esas verdades. Lo que se nos pide ahora es una nueva era de responsabilidad - un reconocimiento, por parte de cada estadounidense, de que tenemos deberes para con nosotros, nuestra nación, y el mundo, deberes que no admitimos a regañadientes, sino que acogemos con alegría, firmes en el conocimiento de que no hay nada tan gratificante para el espíritu, tan representativo de nuestro carácter que entregarlo todo en una tarea difícil.

Este es el precio y la promesa de la ciudadanía.

Esta es la fuente de nuestra confianza - el saber que Dios nos llama a dar forma a un destino incierto.

Este es el significado de nuestra libertad y de nuestro credo - por lo que hombres y mujeres y niños de todas las razas y de todas las fes pueden unirse en una celebración a lo largo y ancho de esta magnífica explanada, por lo que un hombre cuyo padre, hace menos de 60 años, no habría sido servido en un restaurante ahora está ante vosotros para prestar el juramento más sagrado.

Así que, señalemos este día haciendo memoria de quiénes somos y de lo largo que ha sido el camino recorrido. En el año del nacimiento de América, en uno de los más fríos meses, una reducida banda de patriotas se juntaba ante las menguantes fogatas en las orillas de un río helado. La capital se había abandonado. El enemigo avanzaba. La nieve estaba manchada de sangre. En un momento en que el desenlace de nuestra revolución estaba más en duda, el padre de nuestra nación mandó que se leyeran al pueblo estas palabras:

"Que se cuente al mundo del futuro que en las profundidades del invierno, cuando nada salvo la esperanza y la virtud podían sobrevivir ... la urbe y el país, alarmados ante un peligro común, salieron a su paso."

América. Ante nuestros peligros comunes, en este invierno de nuestras privaciones, recordemos esas palabras eternas. Con esperanza y virtud, sorteemos nuevamente las corrientes heladas, y aguantemos las tormentas que nos caigan encima. Que los hijos de nuestros hijos digan que cuando fuimos puestos a prueba nos negamos que permitir que este viaje terminase, no dimos la vuelta para retroceder, y con la vista puesta en el horizonte y la gracia de Dios encima de nosotros, llevamos aquel gran regalo de la libertad y lo entregamos a salvo a las generaciones venideras.

Gracias, que Dios os bendiga, que Dios bendiga a América.

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América Latina. Al terminar el 2008. Desafíos para el 2009

Fundación Centro Gumilla
Adital
9 de enero de 2009

Mediante el presente documento hacemos entrega del primer informe de coyuntura latinoamericana encargado por la Conferencia de Provinciales de América Latina al Centro Gumilla. Contiene una sección principal que ofrece una visión general de la Región y las tendencias principales de cada subregión. Además se ofrece un anexo con los datos más relevantes de cada país, excepto Panamá y la gran mayoría de países Caribeños, por no contar con suficiente información. El período de análisis comprende septiembre - diciembre 2008.
26 de diciembre de 2008

I.- INTRODUCCION

Para el mundo en general, 2008 fue un año lleno de sorpresas y de crisis. Para la región de América Latina, fue un año de conflictos internos y de búsqueda de caminos para garantizar el desarrollo y la superación de la desigualdad y la pobreza.

En el plano económico, la región, con sus diferencias entre subregiones y países, tuvo un quinto año consecutivo de crecimiento, lo que le permitió seguir acumulando excedentes para la reducción de la pobreza y la desigualdad en la mayoría de países. En el plano político, la región atravesó dos severas crisis: la bilateral resultante del bombardeo de Colombia a Ecuador para dar muerte a Raúl Reyes, segundo hombre de las FARC de Colombia, en marzo, y la nacional derivada del conflicto suma-cero de Bolivia, luego del referéndum revocatorio presidencial, en el cual Evo Morales salió ratificado con el 63% de los votos, en septiembre. Estas dos crisis requirieron la participación intensa de la región, a través de dos instancias, el Grupo de Río y la UNASUR.

En el plano internacional, el desarrollo económico de Brasil le permitió alcanzar el estatus de "global player" y participar activamente en la fracasada Ronda de Doha, mientras Rusia, China, Irán y Francia, ampliaron de varias maneras sus relaciones con la mayoría de países.

El presente documento contiene una sección principal que ofrece una visión general de la región, teniendo en cuenta especialmente en esta coyuntura los impactos de la crisis financiera global y el próximo cambio de gobierno en los Estados Unidos. También prestaremos atención a la profusa dinámica de integración desarrollada en estos últimos meses. Finalizaremos con el análisis de las características más relevantes de las subregiones. Se ofrece finalmente un anexo con los rasgos más característicos de la mayoría de los países.

De acuerdo al proyecto original quedan aspectos cruciales que investigar. Será posible subsanar estas deficiencias en próximas entregas en la medida en que tengamos acceso a la información requerida y contemos con las colaboraciones necesarias desde los centros sociales que operan en la región.

Nuestra próxima entrega está prevista para el mes de mayo 2009.

II.- CRISIS MUNDIAL

La noticia más importante a nivel global en este último trimestre de 2008, lo fue, sin duda, la crisis financiera y su deletéreo impacto en el mundo entero. Estados Unidos, la Unión Europea, Asia y el G20 han entrado en una recesión económica con futuro incierto todavía. En EEUU, país origen de la debacle, esta crisis económica no parece tocar fondo, ya que día a día se siguen conociendo nuevos anuncios de quiebras masivas de bancos y empresas emblemáticas. Dicho país se encamina a un déficit sin precedentes, mientras siguen aumentando los rescates. El déficit comercial norteamericano supera los 700.000 millones de dólares con tendencia a subir. El último pedido semanal de subsidios de desempleo es el más alto en 26 años. New York ya muestra el record de homeless en las calles y el FMI acaba de pronosticar que la crisis continuará por lo menos hasta 2010. Pero el dato más relevante y preocupante desde el punto de vista económico, es que en noviembre 2008 se registró una deflación de 1,7%, la más alta desde 1947.

Por otra parte, Bush visitó Irak y Afganistán, despidiéndose de las tropas en un acto cínico de justificación de ambas guerras, que tanto perjuicio le han causado a la humanidad y al sistema internacional. El Secretario de Defensa de los Estados Unidos (Robert Gates) -que continúa con Obama- dijo que las tropas de Irak han iniciado el proceso de retirada, a la vez que anunció el envío de 12.000 hombres más a Afganistán, lo que anticipa la línea del nuevo Presidente en ambos conflictos.

En Europa se confirma con creces la recesión económica, la cual puede ser aun más compleja que la de Estados Unidos, por los límites de la institucionalidad europea para la recuperación financiera. La Cumbre de la UE realizada en Bruselas (en la que se impidió un atentado de Al Qaeda contra ella, paralelo a otro desmantelado en París en el centro de la ciudad) resolvió reducir los gases del efecto invernadero, lanzó un plan de rescate de 200.000 millones de euros para los 27 países que la integran y aprobó crear una fuerza europea de 60.000 hombres que puede ser movilizada en dos meses para actuar fuera del continente, al margen de la OTAN. Rusia también asumió que está en recesión, y aunque no se sumó al acuerdo de la UE sobre el clima, apoyo la reducción en la producción de petróleo propuesta por la OPEP.

En lo que respecta a América Latina, y según afirma la CEPAL en su último informe del 2008, el crecimiento económico disminuirá significativamente en casi todos los países de la región en 2009, lo que provocará de inmediato un aumento del desempleo y la pobreza, un menor gasto social y servicios del gobierno, una caída de las reservas y un incremento de la deuda pública externa e interna. Estos problemas confluirán con los estructurales no resueltos en el reciente quinquenio de la abundancia: no hubo cambios de fondo (ni diversificación productiva, ni saltos tecnológicos), y pese a ser el propósito político de muchos de los actuales gobiernos, este crecimiento no se tradujo en una reducción sustantiva de la pobreza, ni mucho menos de la desigualdad, lo que dio como resultado la persistencia de algunas de las crisis estructurales en un contexto de prosperidad. En cuanto a la crisis actual, lo que se desconoce aún es qué tan pronunciado será el descenso en el crecimiento económico ni cuáles serán sus repercusiones sociales y políticas. Según los analistas económicos, ello dependerá de cuatro factores, ninguno de los cuales es fácil evaluar todavía.

Un primer elemento a considerar es la profundidad y la duración de las recesiones en EU y Europa, y el declive del crecimiento en Japón, China e India. La visión optimista es que la economía estadounidense debería recobrarse en un año máximo, pero esto se basa fundamentalmente en los precedentes históricos. Todos los pronósticos sobre las actividades financieras y económicas han resultado ser demasiado optimistas, tanto en EU como en casi todo el resto del mundo (incluyendo China, donde el crecimiento anualizado en este trimestre podría caer a casi a la mitad de su ritmo en el 2007). Los masivos paquetes de estímulos y de rescate que EU y países europeos están conformando para atender los problemas, parecen estarse quedando cortos en su objetivo de reconstruir la confianza de los consumidores e inversionistas y de descongelar los mercados de crédito. Hay una manifiesta incapacidad tanto de analistas como de funcionarios económicos para identificar la verdadera vulnerabilidad de la economía de cada uno de los países, lo que ha contribuido a la incertidumbre y a la imprevisibilidad permanente. Nadie parecía saber, por ejemplo, que los sectores privados de Brasil y México habían realizado enormes inversiones en instrumentos derivados de alto riesgo, apostando en esencia a que el peso y el real eran invulnerables a una depreciación. Todo esto sugiere que las naciones de Latinoamérica deben estar preparadas para sufrir resultados peores a los que ahora se están proyectando. Podría tratarse de un periodo prolongado de bajo crecimiento y un ritmo menor de recuperación, similar a la crisis deudora de los 80, que llevo a la región en esa coyuntura a un crecimiento sin precedentes de la pobreza y la desigualdad social.

Un segundo factor a tomar en consideración, es cómo responderán a la crisis Estados Unidos y las naciones de Europa y Asia. ¿Hasta qué grado avanzarán hacia estrategias internacionales de mayor cooperación que consideren los intereses de otros países, o cederán ante las presiones políticas internas y se centrarán en sus propias necesidades? ¿Mantendrán sus economías abiertas o es probable que haya un mayor proteccionismo? ¿Aumentarán los nuevos recursos disponibles para las organizaciones financieras multilaterales o para préstamos directos a Latinoamérica? La reciente reunión del G-20 en Washington fue desalentadora porque los acuerdos logrados fueron principalmente en torno de reformas para prevenir la siguiente crisis, con pocas ideas concretas sobre cómo atender la crisis actual y sobre todo, las consecuencias para las regiones pobres del planeta. Los ofrecimientos de créditos a las economías emergentes de la región podrían volverse imposibles si la crisis se prolonga y las condiciones internas en Estados Unidos y la UE se deterioran.

El tercer tema es:
¿cómo responderán las naciones latinoamericanas mismas a los problemas económicos que enfrentan? Parece existir un consenso entre economistas de que, incluyendo a Chile, las naciones de Latinoamérica carecen de la capacidad fiscal que se necesita para implementar las políticas contra cíclicas requeridas en la presente coyuntura. A diferencia de los gobiernos de Estados Unidos o de la UE, no cuentan con los recursos necesarios para estimular sus economías, ayudar a sus bancos y corporaciones, subsidiar a sus consumidores, defender sus monedas y proteger a grupos vulnerables.
Cuarto y a consecuencia de todo lo anterior, es probable que surjan tensiones políticas y mayor polarización, en casi todos los países, por lo que las decisiones económicas serán un asunto de mayor conflicto. No hay que olvidar que en la crisis económica de los 90, 13 presidentes de la región tuvieron que abandonar sus cargos antes de que se venciera su periodo constitucional.

Lamentablemente, existen reales probabilidades de que el panorama económico y político de Latinoamérica cambie en forma dramática. Una depresión profunda o prolongada, particularmente si se combina con una contracción fiscal aguda, podría hacer desaparecer los impresionantes avances económicos y sociales de los últimos cinco años en la región; entre los cuales están la aceleración de la expansión económica, el aumento de las reservas y la disminución de la deuda, reducciones históricas en la pobreza, una clase media floreciente y avances hacia una distribución más justa del ingreso.

Esta crisis es diferente a las otras que han azotado a las economías latinoamericanas en los últimos años. Es un asunto global, en el que todas las economías importantes del mundo sufren de restricciones de crédito, escasez de capital de inversión, contracción de mercados, desempleo al alza y un futuro incierto. Latinoamérica es hoy una región profundamente globalizada. Más que nunca antes, su crecimiento y prosperidad dependen de las economías de Estados Unidos, Europa y Asia. Probablemente pasará bastante tiempo antes de que esas naciones tengan otra vez la capacidad de ofrecer a los países latinoamericanos los mercados de exportación y el capital (en forma de préstamos, inversiones y remesas) que necesitarán para reavivar su destino económico. Así pues, en el tema del crecimiento y del acceso al crédito internacional, a la región le esperan días complicados, que afectaran las posibilidades de su desarrollo social y económico.

Otro fuerte impacto que la crisis económica y financiera tendrá sobre la región será a través de las remesas. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) al menos unos 12 millones de adultos envían dinero a sus familiares en sus países de origen mensualmente. El volumen de la masa dineraria es cercano a los 60.000 millones de dólares anuales, cifra que ya en 2008 sufrirá una merma de alrededor un 20%. Los países que se verán más afectados por la disminución del flujo de remesas son México y Centroamérica, Ecuador, Colombia y Bolivia.

A pesar de las afirmaciones en contrario, la crisis económica global si tendrá un importante efecto en todos los países, afectando y ralentizando no solo sus posibilidades de crecimiento económico en el próximo quinquenio, sino también los logros alcanzados en los últimos años en materia de reducción de la pobreza y la desigualdad.

III.- ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS

Para una región que cubre a una población de más de 143 millones de habitantes en ocho países, el recambio en la administración del complejo industrial-militar estadounidense implica modos diversos de relación con la región en particular con América Latina.

Barack Obama y el Partido Demócrata recibieron un amplio mandato para el cambio. No sólo ganaron el Poder Ejecutivo Federal, sino que también pasaron a controlar prácticamente la Cámara de Representantes y el Senado y a tener la mayoría de gobernaciones en el nivel estadal.

Con un poder de esa magnitud, la interrogante es ahora cuál será la envergadura del cambio que lleve a cabo Obama. Primero, es fundamental subrayar que Obama expresa el cambio, pero no la revolución: no habrá mutaciones radicales, profundas y decisivas con su elección debido a la compleja realidad estadounidense y los límites actuales de la política en Occidente, así como el alcance promisorio pero acotado de las promesas de su campaña hacia la presidencia. En segundo lugar, es probable que las transformaciones internas sean más decisivas y elocuentes que las externas, a pesar de que estas últimas puedan tener importancia simbólica. El mayor reto doméstico es la configuración de una coalición sólida y renovada que apoye una agenda estrecha de reformas medianamente progresista, restaurando las libertades civiles confiscadas en este periodo, además de la recuperación económica del país, tarea no menor dada la magnitud de la crisis.

La impronta social, cultural y política que ha dejado el conservadurismo en el último cuarto de siglo es un legado difícil de revertir en lo inmediato; exige paciencia y osadía y demanda un alto nivel de participación ciudadana. Ordenar la casa en términos económicos y financieros implicará tomar decisiones drásticas y en pos de una redistribución de poder a favor de los grupos sociales más carenciados y los sectores genuinamente productivos. Desmilitarizar la política externa y defensa de EE.UU., acelerada durante los dos gobiernos de George W. Bush, no es una misión fácil.

Como presidente, Obama hereda dos legados funestos de la era Bush -mala reputación internacional y crisis económica-, que condicionarán la agenda doméstica e internacional. Pero, por otro lado, contará con una mayoría amplia del Partido Demócrata en ambas cámaras del Congreso, lo cual facilitará el desarrollo de sus programas. Los dos factores incidirán en el futuro de la relación con el mundo y con América Latina.

En el frente externo no se pronostican giros categóricos debido a la magnitud de la crisis interna, aunque hay dos promesas de campaña que Obama debe cumplir: desmantelar Guantánamo y retirarse de Irak. El primer tema deberá vencer complejas consideraciones legales internas y el segundo, el acuerdo que intenta concretar Washington con Bagdad antes de fin de año. En otros aspectos no menos importantes, Obama se mostró ortodoxo: por ejemplo, avaló la guerra preventiva, cree que la guerra en Afganistán es una "buena guerra" y no se ha deslindado suficientemente del influyente lobby israelí. La designación de Hilary Clinton como Secretaria de Estado, preanuncia los compromisos y limitaciones que posiblemente caracterizarán el inicio de la política exterior del gobierno Obama.

En relación con América Latina, los anuncios de campaña, los resultados electorales y los potenciales responsables para el área son datos relevantes a tener en cuenta. Obama prometió normalizar la relación con Cuba y en este sentido podría haber avances inesperados. Ni Venezuela ni Bolivia fueron objeto de una retórica hostil y se presagia un compás de espera para evitar un mayor deterioro de las relaciones. En la frontera próxima también está el caso de Haití: cuando asuma Obama en 2009 ya habrán pasado cinco años de la intervención político-militar avalada por la ONU en 2004; una misión que estabilizó precariamente el país, pero que no puede seguir allí indefinidamente. La sensibilidad del nuevo presidente frente al tema de los derechos humanos se puede llegar a expresar para el caso de Colombia. Para Argentina éste podría ser un tópico de vinculación provechosa dado el lugar de los derechos humanos en la política exterior de Cristina Fernández.

El desplome financiero y el inicio de una etapa de recesión obligarán al nuevo gobierno a reducir el gasto público. Es factible que los desembolsos al extranjero, en particular en temas controversiales como defensa, sean sujetos a recortes, lo cual podría dar lugar a una disminución rápida -no gradual- de la ayuda que recibe Colombia. La crisis económica también hará que el Ejecutivo y el Legislativo sean más refractarios al libre comercio, lo que generará un clima difícil para la aprobación de los tratados previstos para Colombia y Panamá.

Consideraciones especiales merecen el caso de México y Brasil. México se ha transformado del caso a imitar en los noventa a país problema en esta primera década del siglo XXI. Obama anunció su interés de reabrir y enmendar el Nafta; algo que incidirá en las relaciones mexicano-estadounidenses. El avance del crimen organizado y el auge del narcotráfico en México, así como el delicado tema de las migraciones pueden colocar a ese país en un lugar privilegiado de interés pero también negativo en cuanto a las iniciativas. Por su parte, Brasil se ha tornado cada vez más indispensable para Washington: alianza estratégica en materia de biocombustibles (algo que Obama quiere profundizar), seriedad en el manejo de la crisis financiera actual, proveedor de estabilidad en la vecindad, entre otros aspectos.

En términos generales, América Latina reviste de poco interés para Estados Unidos en este momento, mientras que no existe por ahora ninguna otra potencia que ponga en peligro el control geoestratégico de esta área, no obstante la presencia de otros actores extra regionales como Rusia, China y hasta Irán que han profundizado sus vínculos políticos y comerciales con algunos gobiernos sudamericanos.

Sin embargo, es posible adelantar algunos de los temas que estarán presentes en la agenda EU-AL:

Narcotráfico (Barack Obama se ha mostrado favorable a los US $400 millones otorgados por el Plan Mérida para combatir el narcotráfico en México y América Central),
Crimen organizado
Migración (Obama dijo durante la campaña que los controles fronterizos deberían ser más estrictos y también que es necesario desarrollar un conjunto integral de reformas que establezca un camino hacia la regularización migratoria),
Comercio exterior (a los inicios de la campaña Obama señaló la posibilidad de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre Estados Unidos, México y Canadá, pero hacia el final de la contienda se retractó de la posición inicial)
Derechos Humanos: con el retorno de los demócratas al gobierno, es predecible que este tema se revalorice de nuevo en la agenda internacional de los Estados Unidos. Con ello se le prestara especial atención a Colombia.
Energía y ambiente: Durante su campaña electoral, Obama se refirió en varias oportunidades a la necesidad de reducir la dependencia energética de los Estados Unidos de países foráneos, así como la urgencia de destinar fondos federales para promover el uso de tecnologías alternativas para la producción de energías.

Del 17 al 19 de abril de 2009 se realizará la Quinta Cumbre de las Américas que tendrá lugar en Trinidad y Tobago, en la que se podrá calibrar mejor la postura del nuevo presidente estadounidense con respecto a la región en su conjunto y cuáles serán los temas en los que hará énfasis su administración. La región en su conjunto es en esta coyuntura más independiente y más critica de la política exterior de los Estados Unidos. Sin embargo, esta relativa autonomía no le ha servido a la región para proyectar a nivel global los temas del desarrollo. Es deseable, así pues, que en esta coyuntura de cambio mundial la voz de la región sea mas audible en ese y otros aspectos.

IV.- LA REGION EN SU PROCESO DE INTEGRACION

América Latina muestra en su seno posiciones divergentes acerca de temas cruciales, tales como las formas de la democracia (representativa o participativa), los modelos de desarrollo y de integración, la administración de los acuerdos energéticos, el manejo de los problemas de seguridad y las relaciones con los Estados Unidos. Estas diferentes perspectivas no solo son patentes entre los países mas "alineados" con los Estados Unidos, sino también entre los países mas hacia la izquierda o más progresistas. La diferencia de posiciones sobre estos temas claves ha dificultado el proceso y la velocidad de la integración regional, en uno de los contextos políticos y económicos más favorables para ella.

Vamos a detenernos en algunas consideraciones sobre el proceso seguido por UNASUR y en los resultados de la última reunión colectiva de Presidentes latinoamericanos, realizada en Brasil a finales de 2008, denominada "Combo Cumbre", ya que se realizaron 5 reuniones de diferentes que intentaban articular diferentes espacios de integración.

La Unasur es una comunidad política y económica que integra a los doce países independientes de Sudamérica (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Surinam). La Unión se oficializó el 23 de mayo del 2008 en Brasilia, donde se firmó el tratado constitutivo. Durante esta cumbre, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, fue elegida presidenta ‘pro tempore’ de la organización por un periodo de un año. La Secretaría General del organismo se encuentra temporalmente en Brasilia, pero tendrá sede permanente en la ciudad de Quito (Ecuador), mientras que el Parlamento de la Unión se localizará en la ciudad de Cochabamba (Bolivia). Paradójicamente, uno de los temas más complicados de UNASUR y diferido para abril del 2009, es el nombramiento de su Secretario General, ya que el candidato propuesto por Ecuador, el ex presidente de Argentina Néstor Kirchner, ha sido vetado por Uruguay debido al conflicto que mantienen ambos países por las "papeleras", y dicho nombramiento requiere unanimidad y consenso. Previa a la reunión de diciembre, UNASUR se reunió en Chile en septiembre, para tratar la grave crisis de Bolivia. La reunión de urgencia fue convocada por la presidenta ‘pro tempore’ de la Unión, Michelle Bachelet (luego de recibir una advertencia de Evo Morales de que se estaría ideando un golpe de estado en Bolivia), con el fin de fijar una postura en común entre los integrantes con respecto a la peor crisis política que vive ese país desde que asumió Morales.

La reunión concluyó con un comunicado por parte de todos los mandatarios, donde manifestaron el pleno respaldo al gobierno de Morales, y el rechazo a un "golpe civil". Incluso exigieron, como condición para el diálogo entre las partes del conflicto, la devolución de las instituciones del Estado tomadas por la oposición. Del mismo modo, condenaron la masacre producida en Pando el 11 de septiembre, y acusaron a los accionistas de querer desestabilizar la democracia.

La práctica unanimidad sobre la importancia de dicha Cumbre no oculta la existencia de algunos problemas, comenzando por el hecho de que hasta el momento la Unasur es más una instancia de coordinación política que de integración regional, que pese a la casi unanimidad en la valoración del conflicto boliviano la coincidencia se limita a algunas cuestiones y no agota la agenda o los roces por el liderazgo entre Brasil y Venezuela, ni ha limado las asperezas entre Ecuador y Colombia o Ecuador y Brasil.

Después de la Cumbre, la UE apoyó la declaración de la Unasur en defensa de la democracia en Bolivia. La decisión se aceleró por la presión de Bolivia y Venezuela denunciando la existencia de ciertas tramas golpistas, unas impulsadas por los prefectos opositores y otras por EEUU. La expulsión de los embajadores norteamericanos en La Paz y Caracas, y las denuncias sobre la violencia opositora, especialmente tras la matanza de Pando, reforzaron la tensión sobre Unasur. La espiral de violencia en Bolivia, donde tanto el gobierno como la oposición autonómica habían decidido movilizar a sus bases en defensa de sus posiciones, influyó sobre el éxito de la convocatoria.

Uno de los motivos que aumentó la sensibilidad de algunos gobiernos de la región es el temor frente al potencial separatista de la media luna boliviana. En sus casi 200 años de vida independiente, los países latinoamericanos no habían conocido fenómenos de esta naturaleza. La Cumbre extraordinaria de Santiago supuso el primer desafío concreto para Unasur, que fue superado de forma exitosa. Los mandatarios allí presentes abordaron de un modo realista la crisis boliviana, intentando resolver o encauzar el conflicto de la mejor manera posible, teniendo en cuenta que en Bolivia se juegan importantes cuestiones, no sólo para el futuro y la integridad de Bolivia, sino también para la propia estabilidad de América del Sur. Desde esta perspectiva fue clara la apuesta por el mantenimiento del status quo y la defensa de las autoridades legítimamente elegidas.

El balance de la Cumbre de diciembre 2008 en Brasil, es dispar, según cada uno de los países. Por ejemplo a Cuba, que no pertenece a ningún foro y solo recientemente admitido en el Grupo de Río, le fue bastante bien, tomando en consideración los acuerdos que realizó con México, Brasil, Argentina y Chile y la solicitud unánime de todos los países de la región a Estados Unidos para que ponga fin al embargo de 50 años. Sin embargo, al país anfitrión, Brasil, no le fue como esperaba, ya que no logró sus objetivos de minimizar sus conflictos con Ecuador y Paraguay, tampoco los acuerdos propuestos en MERCOSUR tuvieron lugar. Solo logró formalizar una iniciativa ya aprobada, el Consejo Suramericano de Defensa.

Brasil buscó en estas cinco reuniones sucesivas en pocos días ordenar su estrategia regional, en momentos que la influencia de los EEUU en la región puede ser la menor de la historia. Las recientes visitas de los presidentes de Rusia y China a la región y la presencia de la flota rusa -que no sólo realizó ejercicios navales con Venezuela sino también con Nicaragua y Cuba, además navegó por primera vez en 60 años el Canal de Panamá- son una evidencia al respecto. Pero esta singular presencia también pone en evidencia que Brasil no ha llegado a sustituir la influencia de EEUU en la región. Washington hoy ve con buenos ojos un liderazgo más eficaz de la primera economía de América Latina en lo político y estratégico y por esta razón no cuestiona iniciativas como el Consejo de Defensa de América del Sur integrado por los doce países de UNASUR, que excluye a los EEUU. América Latina vive así una situación estratégica muy particular, con Washington perdiendo influencia y replegándose, Rusia avanzando en lo estratégico-militar, China en lo comercial y Brasil asumiendo gradualmente un rol de mayor liderazgo, pero sin llegar a compensar todavía el vacío de EEUU ni neutralizar la influencia de potencias extra-continentales como Rusia y China.

La crisis financiera y su efecto para la región no fue suficientemente analizada en dicha Cumbre. La región muestra estar en una especie de etapa china de la "revolución" regional: que surjan mil flores -ALBA a medias, MERCOUR casi en KO, CAN, ya en KO, UNASUR sin cabeza, mientras siguen las iniciativas. No todo de ello es malo: lo complicado es que el rompecabezas de la región puede estallar en las manos en cualquier momento si no se sabe administrar estas ansias de autonomía. Una última observación: excepto por el tema de Cuba, no se articuló una agenda de la región para presentarle a Obama en la reunión de abril, con lo que la OEA podría renacer, incluso con un nuevo secretario general dada la casi inminente renuncia de Insulza, toda vez avanza su candidatura presidencial en Chile.

V.- LA REGION POR SUBREGIONES

América Latina mantiene enormes diferencias internas, según las subregiones: México y Centroamérica y el Caribe, los Andes y el Cono Sur. La subregión de México y Centroamérica está fuertemente marcada por su enorme dependencia de los Estados Unidos, sus marcadas deficiencias sociales y su aguda crisis en el aparato institucional y estatal responsable de la seguridad y la administración de justicia. El Caribe muestra una complejidad muy heterogénea, teniendo en común sus graves deficiencias económicas y altos niveles de pobreza. En América del Sur es posible efectuar cortes zonales distintos. Uno político-institucional muestra una diferencia entre el arco andino y el Cono Sur. En los Andes predomina la inestabilidad, los grados de polarización social son altos, la conflictividad es ascendente, el papel de los militares en la política interna es activo y las crisis domésticas de distinto tipo parecen facilitar el despliegue de actores exógenos. En el extremo sur del continente se observan signos de crispación social y radicalización ideológica pero los niveles de tensión socio-política son aún controlables, las dificultades socio-económicas parecen manejables, el control civil de las fuerzas armadas es más sólido y la democracia no está en entredicho.

Una segunda distinción de tipo económico-comercial muestra un contraste entre la Sudamérica del Pacífico y la Sudamérica del Atlántico. Los países del Pacífico--Colombia, Perú y Chile-miran más hacia Estados Unidos: los tres le asignaron un rol clave a los tratados de libre comercio alcanzados con Washington. Tres países del Atlántico-Venezuela, Brasil y Argentina--han pretendido mermar el ritmo de concreción del Área de Libre Comercio de América (ALCA) y proyectar una estrategia económica más diversificada. Ecuador y Uruguay, a cada lado de los océanos, parecen re-orientar su perfil: Quito (que aún preserva la dolarización de su economía) distanciándose relativamente de Washington; Montevideo acercándose lentamente a Estados Unidos.

En el plano político, son irrefutables e irreversibles los éxitos de la democracia política. Pero la región todavía está lejos de lograr la democracia económica y social, ya que persiste la falta de garantías para la satisfacción de los derechos económicos y sociales. Se ha sugerido que en América Latina lo que hay en realidad son democracias con escasa capacidad estatal y de baja intensidad de ciudadanía, lo que está en el núcleo mismo de los impedimentos para alcanzar la democratización social. Según varios analistas, la democracia en América Latina está en un proceso de re-conceptualización, en el que se debe buscar, necesariamente, una definición maximalista, que tenga en cuenta la creciente utilización de los mecanismos de democracia directa, las nuevas expresiones de la política a través de canales no convencionales y la ampliación de la esfera pública por parte de grupos históricamente excluidos del ejercicio de la política. Hay más democracia, pero las sociedades exigen una mejor democracia.

Las tensiones sobre la democracia no solo provienen de la pérdida de espacio de las instituciones liberales, patente especialmente en la región andina: dichas tensiones también provienen de las dificultades del sistema político para el logro de la inclusión social y la extensión efectiva de la ciudadanía. Los déficits democráticos se observan especialmente en el área andina, ámbito en el que es mucho más obvia la tensión entre democracia y liberalismo. Existe en los Andes una polarización abierta sobre el modelo de democracia y una fuerte tirantez entre refundación y reformas. Los actos refundacionales de la democracia son consecuencia de la emergencia de las nuevas identidades políticas. La preocupación sobre la calidad de la democracia en la región andina contrasta con el entusiasmo democrático de sus sociedades, como revela los últimos Latino-barómetros. Ecuador, Bolivia y Venezuela son, junto a Uruguay, los países en lo que más se apoya la democracia en la región. Por ello, la calidad de la democracia debe evaluarse a la luz de las especificidades regionales.

En el caso de México y Centroamérica, la subregión registra niveles de desempleo con tasas superiores al 40% de su población económicamente activa en varios de los países, índices de pobreza que sobrepasan en algunas de sus naciones el 70% de la población viviendo con insuficiencia patrimonial, así como pésimos niveles en los índices de desarrollo educativo, de estándares de salud y de índices de salubridad que afectan el bienestar de grandes grupos de la población pueden bloquear intenciones de integración entre México y las naciones menos desarrolladas de Centroamérica.

El progreso de los programas de atención social en las naciones centroamericanas no ha sido equiparable a las tasas de crecimiento de las economías. La región sufre otras disparidades sociales que acentúan la dificultad de la superación de sus graves problemas de inseguridad y debilidad institucional. El PIB per cápita varía desde USD 2,100 en Nicaragua, hasta USD 8,700 en Costa Rica y USD9,000 en México. Mientras que Costa Rica produce cerca al 19% del PIB regional centroamericano y tiene casi el 9% de la población, Nicaragua produce tan solo el 3% del PIB regional y tiene el 1.5% de la población.

La distribución del ingreso se manifiesta en coeficientes de Gini que oscilan entre 46 % para Costa Rica hasta 56% en Honduras y Guatemala y casi 60% en Nicaragua. Adicionalmente, la relevancia de la población indígena que varía entre 10 y 40% del total de la población en países como México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, y que vive en condiciones de graves rezagos e inequidad impide justa traducción y aceptación de cualquier acuerdo de integración en estos sectores de la población. Junto a esta situación social de vulnerabilidad, el problema de la seguridad es común en esta subregión: narcotráfico en México, maras en Guatemala y El Salvador, crimen organizado en los tres países.

En Centroamérica hay al menos cuatro países que tienen gobiernos electos con una definición social demócrata de centro izquierda, o de centro, en Guatemala, Honduras, Costa Rica y Panamá; un gobierno de izquierda radical, de inspiración populista, en Nicaragua, y frente al único gobierno conservador que sobrevive en la región, el de El Salvador, campea la perspectiva del triunfo electoral del FMLN en la próximas elecciones.

Por otro lado, puede advertirse que respecto a Centroamérica hay tres polos de influencia muy claros: el de Venezuela, propiamente, el de México, y el de Brasil, países que de alguna manera disputan un liderazgo a nivel continental.

El Cono Sur, parece evidente la revalorización del Estado y la reorganización de la sociedad intentando moderar y disciplinar el poder del mercado. Hay una vuelta de lo estatal pero no del estatalismo; esto es, se detecta un esfuerzo por recuperar un papel trascendental del Estado pero sin que éste asuma un rol central y excluyente en el ámbito productivo. Hay un renovado énfasis en lo nacional pero no en el nacionalismo; esto es, impulsar la defensa y promoción (en lo socio-económico y lo político-cultural) de lo propio pero sin una exaltación de todos los órdenes y de manera expansiva de lo autóctono. Hay un regreso de lo popular pero no del populismo; esto es, surgen prácticas de mayor politización, participación e inclusión social pero no la aplicación de políticas económicas despilfarradoras y deficitarias, de exacerbación de pugnas de clase y de desafío retórico a actores externos. Hay más sensibilidad por el desarrollo pero no por el establecimiento de un proyecto desarrollista; esto es, se procura ampliar el mercado interno, generar empleo y promover a la burguesía nacional pero sin definir un nuevo modelo intervencionista e industrialista.

En el Cono Sur han ocurrido, concurrentemente, avances políticos importantes: una mujer socialista en Chile, un trabajador de origen izquierdista en Brasil, un político progresista en Uruguay, un mandatario electo a modo de outsider que termina con seis décadas de hegemonía del partido Colorado en Paraguay y una peronista con inclinación centro-izquierdista en Argentina han alcanzado la presidencia. Posiblemente ello era imposible en los setenta e impensado en los inicios de los noventa.

Las dificultades que enfrentan y los límites que evidencian las naciones del Cono Sur son el resultado de la acumulación y potenciación de problemas históricos no resueltos antes que el producto de la radicalidad de las propuestas o medidas impulsadas desde el ejecutivo. La variedad de grados de fortaleza/pobreza institucional que exhiben los países de la zona responde a factores ligados al estilo de liderazgo, la voluntad política, la calidad de la administración pública, los niveles de viabilidad y legitimidad de las políticas diseñadas y aplicadas, entre otros.

La gobernabilidad parece salvaguardada en la sub-región del sur, pero la consolidación de sistemas democráticos plenos está distante. Otra vez, con elementos distintivos de cada país, la desigualdad social sigue siendo un asunto preeminente, el imperio de la ley continúa débil, la representación política está cuestionada, la violencia cotidiana aumenta y la corrupción no se supera. La democracia en el Cono Sur no está en entredicho pero si erosionada por un conjunto de fenómenos y dinámicas que persisten y en algunos casos se profundizan. Uno de los retos fundamentales de las actuales experiencias reformistas en la zona es mostrar que es posible combinar crecimiento económico con más justicia social, mejor regulación estatal y mayor participación política.

Por su parte, la visión externa sobre la región de los Andes es la más crítica de la región. Dicha visión, especialmente la de Estados Unidos, tiende a enfatizar aspectos críticos o disfuncionales sobre el panorama político actual. El alejamiento de los países andinos de las tendencias mayoritarias en relación a la consolidación democrática formal, la fragmentación y falta de consenso; la exacerbación de situaciones de conflicto, y la simpatía hacia modelos económicos rentistas, populistas o heterodoxos, componen una situación, según estas visiones, de extremada vulnerabilidad. La denominada "radicalidad" andina, está atravesada por procesos de velocidades varias, entre los que destacan, profundos cambios político-institucionales, procesos innovadores de diseño de un Estado mas democrático, nueva gestión de los recursos naturales, reconstrucción de las mediaciones políticas y replanteamiento de la vinculación con la globalización. Ni en el ámbito suramericano, ni en el regional, existe consenso sobre cómo tratar la complejidad política de la crisis andina.

Sin embargo, esos mismos fenómenos dentro de la región tienen otra mirada. La de una búsqueda de un nuevo concepto de democracia. Con diferentes énfasis y con profundas distinciones sobre sus orígenes, los cinco países andinos han intentado modelos cuasi-revolucionarios de rompimiento con el pasado que coinciden con el cambio de siglo y se producen en forma simultánea con las transformaciones del entorno internacional.

¿Cómo catalogar el incipiente modelo político? Para empezar, habría que decir que la evaluación de los regímenes actuales se ha convertido en uno de los temas principales del debate político dentro y fuera de la región. Los discursos presidenciales tienen un alto contenido mesiánico y reclaman un favorable quiebre con un pasado de corrupción, control político desde arriba e injusticia social. Incluyen términos como ‘refundación’, ‘revolución bolivariana’, ‘revolución ciudadana’, ‘democracia directa’, ‘estado comunitario’, entre otros. Por el otro lado, quienes comparan los actuales regímenes políticos con los de democracias avanzadas o con ideales planteados en el nivel académico, encuentran que varios de sus elementos son autoritarios y antidemocráticos: la concentración de poder, la falta de oposición institucional y de contrapesos, el ejercicio caudillista y personalizado del poder presidencial, entre otros.

La búsqueda de un modelo político propio y que encaja con el momento histórico de la región ha conducido a la consolidación de una nueva democracia, en términos políticos. Comparten ciertas características políticas, entre las que destaca una insatisfacción generalizada con el status quo económico, la persistencia de graves problemas como la pobreza, la desigualdad y los problemas sociales y la lucha contra la corrupción. Además, es importante tener en cuenta que la región andina concentra a la mayoría de países productores de energía y a los países con mayor población indígena del sur de América. En este contexto, destaca lo común del corte caudillista de los gobiernos andinos, su débil institucionalidad, la erosión de las prácticas democráticas, y el uso de la reforma constitucional para concentrar el poder que han hecho Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia (Perú hizo lo propio una década atrás) son características importantes de la política.

América Latina al Terminar el 2008. Desafíos para el 2009. Venezuela.
Coordinador: José Virtuoso SJ
Compilación y redacción: Ana María Sanjuan
Investigadores asistentes: Yovanny Bermudez, Jesús Machado, José Gregorio Guerra

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miércoles, enero 14, 2009

Mentiras de Estado

Ignacio Ramonet
Editorial
Director de Le Monde diplomatique, Francia.
Julio de 2003


Simulación y engaño siempre fueron armas para vencer en una guerra. Ahora, en cambio, se apela a ellas para provocarla. Y para presentarla al mundo. Las revelaciones respecto de la conducta del presidente George W. Bush -acompañado sin chistar por Anthony Blair y José María Aznar- indican una novedad aun en el nutrido historial de patrañas de EE.UU. en circunstancias análogas. Difundidas a escala planetaria por los medios masivos de comunicación y repetidas por intelectuales, analistas y gobernantes, esas falacias para inducir y justificar la invasión a Irak constituyen una herida severa a la democracia y al derecho humano a la información en todo el mundo.

"Antes que proferir una inexactitud, prefiero morir".
George Washington

Es la vieja historia del ladrón que grita: "¡Atrapen al ladrón!". ¿Cómo era que había titulado George W. Bush el célebre informe de acusación contra Saddam Hussein que presentó el 12 de septiembre de 2002 ante el Consejo de Seguridad de la ONU?: "Una década de mentiras y desafíos". Sin embargo, era esa lista de "pruebas" presentadas por Bush la que constituía un rosario de mentiras. Irak -decía Bush en síntesis- mantiene estrechas relaciones con la red terrorista de Al-Qaeda y amenaza la seguridad de Estados Unidos, pues posee "armas de destrucción masiva" (ADM), expresión terrorífica fabricada por sus asesores en comunicación.

Tres meses después de la victoria de las fuerzas estadounidenses (y de sus colaboradores británicos) en la Mesopotamia asiática, sabemos que esas afirmaciones, cuya veracidad habíamos puesto en duda oportunamente (1), eran falsas. Resulta cada vez más evidente que Washington manipuló las informaciones sobre las ADM. El equipo de 1.400 inspectores del Iraq Survey Group que dirige el general Dayton sigue sin hallar la más mínima prueba. Y actualmente comienza a verse que, en el instante mismo en que Bush profería tales acusaciones, ya había recibido informes de los servicios de inteligencia probando que todo eso era falso (2). Según Jane Harman, representante demócrata por California, estaríamos en presencia de "la mayor maniobra de tergiversación de todos los tiempos" (3). Por primera vez en su historia, Estados Unidos se interroga sobre las verdaderas razones de una guerra cuando el conflicto ya terminó...

En esa gigantesca manipulación desempeñó un rol central una dependencia secreta del Pentágono llamada Oficina de planes especiales (Office of Special Plans, OSP). Según reveló Seymour M. Hersh en un artículo publicado por la revista The New Yorker el 6-5-03 (4), la OSP fue creada después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 por Paul Wolfowitz, número dos del Departamento de Defensa. Dirigida por un halcón convencido, Abram Shulsky, esa oficina tiene la misión de analizar los datos recogidos por las diferentes agencias de informaciones (CIA, DIA, NSA) para sintetizarlos y someterlos al gobierno. Dando crédito a testimonios de exiliados cercanos al Congreso Nacional Iraquí (organización financiada por el Pentágono) y de su presidente, el muy cuestionable Ahmed Chalabi (ver páginas 30-31), la OSP habría exagerado en gran medida la amenaza de armas de destrucción masiva y también las vinculaciones de Saddam Hussein con Al-Qaeda.

Escandalizado por las manipulaciones, un grupo anónimo de ex especialistas de la CIA y del Departamento de Estado -que se expresaba en nombre de Veteran Intelligence Professionals for Sanity- afirmó el 29 de mayo, en un memorándum dirigido al presidente Bush, que en el pasado ciertas informaciones habían "sido falsificadas por motivos políticos, pero nunca de una manera tan sistemática para engañar a nuestros representantes electos con el fin de autorizar una guerra" (5).

El propio Colin Powell fue manipulado y se juega su futuro político. Powell habría resistido las presiones de la Casa Blanca y del Pentágono para difundir informaciones muy cuestionables. Antes de pronunciar su famoso discurso del 5 de febrero de 2003 en el Consejo de Seguridad, había leído un borrador preparado por Lewis Libby, director de gabinete del vicepresidente Richard Cheney. Ese documento contenía informaciones tan dudosas que Powell, enfurecido, habría lanzado las hojas al aire y exclamado: "Yo no voy a leer esto. Es una mierda" (6). Finalmente, el Secretario de Estado exigió que George Tenet, director de la CIA, estuviera sentado detrás de él en aquella ocasión, de manera bien visible, y que compartiese la responsabilidad de lo que decía.

Engaño deliberado

En una entrevista a la revista Vanity Fair, publicada el 30 de mayo pasado, Wolfowitz reconoció la mentira de Estado, al confesar que la decisión de agitar la amenaza de las ADM para justificar una guerra preventiva contra Irak había sido adoptada "por motivos burocráticos". Y precisó: "Coincidimos en un punto, el de las armas de destrucción masiva, porque era el único sobre el que todos estaban de acuerdo" (7).

Es decir, que el presidente de Estados Unidos mintió. Buscando desesperadamente un casus belli para sortear el obstáculo que representaba la ONU y unir algunos cómplices de su proyecto de conquista de Irak (el Reino Unido, España) Bush no dudó en fabricar una de las mayores mentiras de Estado.

Y no fue el único. Ante la Cámara de los Comunes de Londres, el 24 de septiembre de 2002, su aliado Anthony Blair, primer ministro británico, declaró: "Irak posee armas químicas y biológicas. (...) Sus misiles pueden ser desplegados en 45 minutos". En su intervención ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el 5 de febrero pasado, Powell declaró: "Saddam Hussein inició investigaciones sobre docenas de agentes biológicos, provocando enfermedades como la gangrena gaseosa, la peste, el tifus, el cólera, la viruela y la fiebre hemorrágica". Por su parte, el vicepresidente Cheney afirmaba en marzo de 2003, en vísperas de la guerra: "Creemos que Saddam Hussein logró reconstruir armas nucleares" (8).

En innumerables declaraciones el presidente Bush insistió en las mismas acusaciones. En un discurso difundido por radio a toda la nación, el 8 de febrero de 2003, llegó a dar los siguientes detalles: "Irak envió a trabajar con Al-Qaeda expertos en explosivos y en falsificación de documentos. Y además brindó a Al-Qaeda entrenamiento en el manejo de armas biológicas y químicas. Un agente de Al-Qaeda fue enviado a Irak en varias ocasiones a fines de la década de 1990 para ayudar a Bagdad a dotarse de venenos y de gases".

Reiteradas y amplificadas por los grandes medios belicistas, convertidos en órganos de propaganda, todas esas denuncias fueron repetidas ad nauseam por los canales de televisión Fox News, CNN y MSNC, por la cadena radial Clear Channel (1.225 estaciones en Estados Unidos) y hasta por diarios prestigiosos como The Washington Post o The Wall Street Journal. Esas acusaciones falsas fueron el argumento principal de todos los belicistas del mundo. En Francia, por ejemplo, fueron retomadas sin asomo de vergüenza por personalidades como Pierre Lelouche, Bernard Kouchner, Yves Roucaute, Pascal Bruckner, Guy Millière, André Glucksmann, Alain Finkelkraut, Pierre Rigoulot, etc. (9).

Las acusaciones fueron igualmente repetidas por todos los aliados de Bush, empezando por el más fiel de todos, José María Aznar, presidente del gobierno español, quien afirmó en las Cortes de Madrid el 5 de febrero de 2003: "Todos sabemos que Saddam Hussein tiene armas de destrucción masiva. (...) Todos sabemos que tiene armas químicas" (10). Pocos días antes, el 30 de enero, ejecutando un pedido formulado por Bush, Aznar había redactado una declaración de apoyo a Estados Unidos, la llamada "Carta de los ocho", firmada entre otros por Blair, Silvio Berlusconi y Vaclav Havel. Allí sostenían que "el régimen iraquí y sus armas de destrucción masiva representan una amenaza para la seguridad mundial".

Así, durante más de seis meses, una verdadera máquina de propaganda y de tergiversación manejada por la secta doctrinaria que rodea a Bush difundió mentiras de Estado con una desfachatez digna de los regímenes más detestables del siglo XX, para tratar de justificar una guerra preventiva a la que se oponían tanto las Naciones Unidas como la opinión pública mundial.

Antecedentes

Esas falsedades se inscriben en la larga tradición de mentiras de Estado que jalona la historia de Estados Unidos. Una de las más siniestras concierne a la destrucción del acorazado estadounidense Maine en la bahía de La Habana en 1898, utilizada como pretexto para iniciar la guerra contra España y justificar la anexión de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam.

El 15 de febrero de 1898, a las 21.40 horas, el Maine fue objeto de una violenta explosión y se hundió en la ensenada de La Habana, causando la muerte inmediata de 260 hombres. La prensa popular estadounidense acusó a los españoles de haber colocado una mina bajo el navío, de cometer actos bestiales, de poseer "campos de la muerte" y hasta de tener costumbres antropófagas...

Dos empresarios periodísticos rivalizaban en la carrera sensacionalista: Joseph Pulitzer, de The World, y sobre todo William Randolph Hearst, de The New York Journal. Esa campaña contó con el apoyo interesado de empresarios estadounidenses que habían invertido grandes sumas en Cuba y soñaban con desalojar a España. Pero el público no mostraba mucho interés, y tampoco los periodistas. En enero de 1898 el dibujante de The New York Journal, Frederick Remington, escribió a su jefe unas líneas desde La Habana: "Aquí no hay ninguna guerra. Pido que se me haga regresar". Hearst le telegrafió la siguiente respuesta: "Quédese allí. Suminístrenos dibujos, yo le suministraré la guerra". Entonces se produjo la explosión del Maine. Hearst montó una violenta campaña, como se ve en la película de Orson Welles, El Ciudadano (1941).

Durante semanas, día tras día Hearst dedica varias páginas de sus diarios al caso del Maine, reclamando venganza y repitiendo sin cesar: "Remember the Maine! In Hell with Spain" (¡Acuérdense del Maine! Al diablo España). Todos los demás diarios siguieron el ejemplo. ¡The New York Journal pasó de 30.000 ejemplares diarios a 400.000, y posteriormente superó regularmente el millón de ejemplares! La opinión pública estaba al rojo vivo. El clima era alucinante. Presionado desde todos lados, el presidente William McKinley declaró la guerra a España el 25 de abril de 1898. Trece años después, en 1911, una comisión investigadora sobre la destrucción del Maine concluyó que el barco se había hundido a causa de una explosión accidental en la sala de máquinas... (11).

Centros de propaganda

En 1960, en plena Guerra Fría, la Central Intelligence Agency (CIA) distribuyó a algunos periodistas "documentos confidenciales" según los cuales los soviéticos estaban ganando la carrera armamentística. Inmediatamente, los grandes medios comenzaron a hacer presión sobre los candidatos a la presidencia y a reclamar enérgicamente un aumento importante del presupuesto de defensa. Asediado, John F. Kennedy prometió destinar miles de millones de dólares a la reactivación del programa de misiles balísticos de crucero (the missile gap). Eso era lo que buscaba no sólo la CIA, sino todo el complejo militar-industrial. Una vez electo presidente y después de que se votara ese programa, Kennedy descubrió que la superioridad militar de Estados Unidos sobre la Unión Soviética era aplastante.

En 1964, dos destructores informan haber sido atacados en el golfo de Tonkin por torpederas norvietnamitas. Inmediatamente, la televisión y la prensa estadounidenses convierten el caso en una cuestión nacional. Afirman que es una humillación y reclaman represalias. El presidente Lyndon B. Johnson utiliza esos ataques como pretexto para lanzar bombardeos punitivos contra Vietnam del Norte. Exige al Congreso una resolución que, en la práctica, le permite hacer intervenir al ejército estadounidense. Así comienza la guerra de Vietnam, que recién concluirá -con una derrota para Estados Unidos- en 1975. Posteriormente se supo, por boca de la propia tripulación de los destructores, que el ataque en el golfo de Tonkin era un puro invento.

Lo mismo se vio con el presidente Ronald Reagan. En 1985 Reagan decreta repentinamente el estado de "urgencia nacional" a causa de la 3amenaza nicaragüense2, encarnada en los sandinistas que habían llegado al gobierno en Managua en 1979. Sin embargo, los sandinistas habían sido elegidos democráticamente en noviembre de 1984 y respetaban tanto las libertades políticas como la libertad de expresión. Pero Reagan afirma: "Nicaragua está a dos días de ruta de Harlingen, Texas. ¡Estamos en peligro!". El secretario de Estado, George Schultz, sostiene ante el Congreso: "Nicaragua es un cáncer que se insinúa en nuestro territorio, aplica las doctrinas de Mein Kampf y amenaza con tomar el control de todo el hemisferio..." (12). Esas mentiras servirán para justificar la ayuda masiva dada a la guerrilla antisandinista, la llamada Contra, y culminarán en el escándalo del Irangate.

No vale la pena insistir sobre las mentiras utilizadas para desatar la Guerra del Golfo en 1991, que fueron ampliamente analizadas (13) y quedaron en la memoria como paradigma de la falsa propaganda moderna. Afirmaciones constantemente repetidas del tipo "Irak posee el cuarto ejército del mundo"; "los iraquíes robaron las incubadoras de la maternidad de Kuwait"; "la línea defensiva inexpugnable"; "los ataques quirúrgicos"; "la eficacia de los Patriot", etc., se revelaron totalmente falsas.

Desde la controvertida victoria de Bush en la elección presidencial de noviembre de 2000, la manipulación de la opinión pública se convirtió en una de las preocupaciones centrales de la nueva administración. Luego de los odiosos atentados del 11 de septiembre de 2001, el tema pasó a ser una obsesión. Michael K. Deaver, amigo de Donald Rumsfeld y especialista de la psy-war o "guerra psicológica", resumió así el nuevo objetivo: "Actualmente, la estrategia militar debe ser concebida en función de la cobertura televisiva (pues) si uno logra tener a la opinión pública de su lado, nada es imposible. Sin ella, el gobierno es impotente".

Desde el inicio de la guerra contra Afganistán, en coordinación con el gobierno británico, se crearon en Islamabad, Londres y Washington Centros de Información sobre la Coalición. Verdaderas oficinas de propaganda, esos centros habían sido concebidos por Karen Hugues -asesora de Bush sobre medios de comunicación- y principalmente por Alistair Campbell, el poderoso gurú de Blair en todo lo que concierne a la imagen política. Un portavoz de la Casa Blanca explicaba así la función de esas dependencias: "Las cadenas televisivas transmiten información las 24 horas del día. Así es que esos Centros les suministrarán informaciones 24 horas por día, todos los días..." (14).

El 20 de febrero de 2002 The New York Times reveló el más impresionante proyecto destinado a manipular las mentes. Para llevar adelante la "guerra de la información", y siguiendo consignas de Rumsfeld y del subsecretario de Defensa, Douglas Feith, el Pentágono había creado secretamente una misteriosa Oficina de Influencia Estratégica (OIE). Puesta bajo la dirección del general de la aviación militar Simon Worden, la OIE tenía por misión difundir informaciones falsas para servir a la causa de Estados Unidos. Estaba autorizada a utilizar la desinformación, en particular en dirección de los medios de comunicación extranjeros. El diario neoyorquino precisaba que la OIE había firmado un contrato de 100.000 dólares mensuales con la agencia de comunicación Rendon Group, ya utilizada en 1990 en la preparación de la guerra del Golfo. Por entonces, la agencia había fabricado la falsa declaración de la "enfermera" kuwaití que afirmaba haber visto a los soldados iraquíes saquear la maternidad del hospital de Kuwait, "extraer los bebés de las incubadoras, y matarlos sin piedad tirándolos al piso" (15). Ese testimonio había sido decisivo para convencer a los miembros del Congreso de que votaran a favor de la guerra.

Oficialmente disuelta luego de las revelaciones de la prensa, la OIE sin dudas se mantuvo en actividad. ¿Cómo explicar de otra manera algunas de las más groseras manipulaciones de la reciente guerra contra Irak? En particular la enorme mentira sobre la espectacular liberación de la soldado Jessica Lynch.
A comienzos de abril de 2003 los principales medios estadounidenses difundieron esa historia con impresionante lujo de detalles. La versión indicaba que Jessica Lynch formaba parte de un grupo de 10 soldados estadounidenses capturados por las fuerzas iraquíes. Luego de caer en una emboscada el 23 de marzo, la muchacha había resistido hasta último momento disparando contra sus atacantes hasta agotar sus municiones. Finalmente fue apuñalada, atada y llevada a un hospital en territorio enemigo, en Nassiriya. Allí había sido golpeada y maltratada por un oficial iraquí. Una semana después, fuerzas especiales estadounidenses transportadas por helicóptero lograron liberarla en un operativo sorpresa, en medio de una lluvia de disparos y de explosiones. A pesar de la resistencia de los guardias iraquíes, los comandos lograron llegar al hospital, rescatar a Jessica y llevarla en helicóptero hasta Kuwait.

La misma tarde, el presidente Bush anunció a la nación desde la Casa Blanca la liberación de Jessica Lynch. Ocho días después, el Pentágono entregó a los medios un video filmado durante esa hazaña, con escenas dignas de las mejores películas de guerra.

Pero el conflicto con Irak terminó el 9 de abril, y algunos periodistas -en particular de Los Angeles Times, de The Toronto Star, de El País y del canal BBC World- fueron a Nassiriya para verificar la versión del Pentágono sobre la liberación de Jessica. Y se llevaron una buena sorpresa: según lo que pudieron averiguar con los médicos que habían atendido a la joven soldado -datos confirmados por los médicos estadounidenses que la auscultaron luego de que fuera liberada- las heridas de Jessica (una pierna y un brazo fracturados, además de un tobillo dislocado) no provenían de disparos sino simplemente del accidente que había sufrido el camión en que viajaba... Tampoco había sido maltratada. Al contrario, los médicos habían hecho todo lo posible para curarla. El doctor Saad Abdul Razak explica que la joven "había perdido mucha sangre y tuvimos que hacerle una transfusión. Felizmente, algunos miembros de mi familia tenían el mismo grupo sanguíneo que ella, cero positivo, lo que nos permitió obtener suficiente cantidad de sangre. Cuando llegó tenía 140 pulsaciones por minuto. Creo que le salvamos la vida" (16).

Corriendo riesgos insensatos, esos médicos trataron de tomar contacto con el ejército estadounidense para devolver a Jessica. Dos días antes de la intervención de los comandos especiales, esos doctores incluso habían llevado a la paciente en ambulancia hasta cerca de las líneas estadounidenses. Pero los soldados abrieron el fuego sobre ellos y casi matan a su propia heroína.

Al amanecer del 2 de abril, la irrupción de los comandos especiales equipados con una impresionante panoplia de armas sofisticadas sorprendió al personal del hospital. Dos días antes los médicos habían informado a los militares estadounidenses que el ejército iraquí se había retirado y que Jessica los esperaba.

El doctor Anmar Uday relató la escena a John Kampfner de la BBC: "Era como en una película de Hollywood. No había ni un solo soldado iraquí, pero las fuerzas especiales estadounidenses utilizaron sus armas. Disparaban balas de fogueo y se oían explosiones. Gritaban: ’Go! Go! Go!’ El ataque contra el hospital era una especie de show o de película con Sylvester Stallone" (17).

Las escenas fueron filmadas con una cámara de visión nocturna por un ex asistente de Ridley Scott en la película La caída del halcón negro (2001). Según Robert Scheer, de Los Ángeles Times, esas imágenes fueron enviadas luego al Comando central del ejército estadounidense, que se hallaba en Qatar, para el montaje. Una vez supervisadas por el Pentágono fueron difundidas por todo el mundo (18).

La historia de la liberación de Jessica Lynch quedará en los anales de la propaganda de guerra. En Estados Unidos quizás sea considerada como el momento más heroico del conflicto. Y ello a pesar de que está probado que se trata de algo tan falso como las "armas de destrucción masiva" en poder de Saddam Hussein o las vinculaciones entre el antiguo régimen iraquí y Al-Qaeda.

Ebrios de poder, Bush y su entorno engañaron a los ciudadanos estadounidenses y a la opinión pública mundial. Según el profesor Paul Krugman, esas mentiras constituyen "el peor escándalo en la historia política de Estados Unidos, peor que el Watergate y que el Irangate" (19).

Notas

1.- Ver el dossier "La era de la guerra perpetua", Le Monde diplomatique, Edición Cono Sur, marzo de 2003.
2.- International Herald Tribune, París, 14-6-03; y El País, Madrid, 1 y 10-6-03.
3.- Libération, París, 28-5-03.
4.- www.commondreams.org/views03/0506-06.htm
5.- www.counterpunch.org/vips02082003.html
6.- International Herald Tribune, París, 5-6-03.
7.- www.scoop.co.nz/mason/stories/WO0305/S00308.htm
8.- Time, 9-6-03.
9.- Le Monde, París, 10 y 20-3-03; Le Figaro, París, 15-2-03. Ver además, Anna Bitton, 3Ils avaient soutenu la guerre de Bush2, Marianne, París, 9-6-03. Ahora que la guerra terminó es sorprendente el silencio de esas personalidades.
10.- El País, Madrid, 4-6-03.
11.- www.herodote.net/histoire02151.htm..)
12.- Véase "Entretien avec Noam Chomsky", Télérama, París, 7-5-03.
13.- Ver en particular, Ignacio Ramonet, La Tyrannie de la communication, Gallimard, col. "Folio actuel", N° 92, París, 2001.
14.- The Washington Post, 1-11-01.
15.- Esa falsa enfermera era en realidad la hija del embajador de Kuwait en Washington, y su falso testimonio había sido concebido y redactado -por cuenta de la agencia Rendon Group- por Michael K. Deaver, ex asesor en comunicación del presidente Reagan.
16.- El País, Madrid, 7-5-03.
17.- BBC, Londres, 18-5-03:http://news.bbc.co.uk/2/hi/programmes/correspondent/3028585.stm
18.- Los Angeles Times, 20-5-03. Ver también: www.robertscheer.com
19.- The New York Times, 4-6-03.

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