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Nombre: Alforja Calasanz
Ubicación: Valencia, Malvarrosa, Spain

viernes, diciembre 29, 2006

P. Bruno Martínez - Proceso Beatificación (Avant)

Concluye en Valencia el proceso de beatificación de un misionero fallecido en el terremoto de Managua de 1972

Valencia. Avan, 18-10-2001

El proceso de beatificación del misionero escolapio Bruno Martínez Sacedo, fallecido en el terremoto de Managua de 1972 en Managua será clausurado el próximo 3 de noviembre en una ceremonia que tendrá lugar en el Arzobispado de Valencia, en presencia del postulador general escolapio, José Rupert.

Bruno Martínez, nacido en 1907 en Moscardón (Teruel), entró en el seminario menor que los escolapios tenían en Godelleta, donde permaneció durante más de cinco años. Posteriormente fue director del colegio de los escolapios de Gandía, que restauró tras la guerra civil, y predicó durante tres años "en todos los pueblos de La Safor", según ha señalado a la agencia AVAN Ramón Barberá, escolapio valenciano de 84 años, compañero de Martínez y testigo de su causa.

Años más tarde, se trasladó a Managua, donde fundó varios colegios escolapios para niños de familias sin recursos. En uno de ellos, para más de mil alumnos, se encontraba durmiendo la noche en que se produjo el terremoto. "El y yo nos quedamos dentro del colegio, ya que los demás salieron para pasar la noche en un autobús por miedo a los continuos temblores", ha relatado Barberá. Tras el seísmo, "me desperté sepultado por los escombros y no podía ni gritar porque me había cortado la lengua, mientras que al padre Bruno nadie lo podía encontrar".

Finalmente, los compañeros de los escolapios pudieron sacar rescatarlos gravemente heridos. "Había un puesto médico y cuando le llegó el turno al padre Bruno se lo cambió a un niño, a pesar de que por dentro estaba reventado". Después, ambos fueron trasladados a un hospital donde, el misionero ahora en proceso de beatificación , "momentos antes de morir comenzó a oficiar una misa por un ex alumno fallecido años antes", ha recordado Barberá, quien en ese momento se encontraba en la cama contigua. "Hizo toda la misa de memoria y hasta una hermosísima homilía", ha señalado.

Instantes después murió.

Se da la circunstancia de que una familia entera de Managua que se encontraba en esos momentos también sepultada tras el seísmo, ha declarado como testigo en el proceso de beatificación que "después de rezar fervientemente bajo los escombros se les presentó como en una aparición el padre Bruno, y poco después pudieron ser rescatados sanos y salvos", según Barberá. Sin embargo, cuando salieron a la superficie, el padre Bruno no estaba "porque se encontraba en el hospital agonizando", ha precisado.

En Managua "muchos se encomiendan a él, por su fama de persona santa y entregada sin descanso a las personas pobres, especialmente a los niños". La causa de beatificación de Bruno Martínez se trasladó a Valencia desde su inicio en 1994 tras la petición formulada por el obispo de Managua, monseñor Miguel Obando, "por la inestable situación política de Nicaragua y por la relación que existió entre el misionero y la diócesis de Valencia.

EUSEBIO MILLÁN, Escolapio y el baloncesto

Pionero en baloncesto

En 1995 se crea la EMDE (Eusebio Millán para el Deporte Escolar). Eusebio Millán era un escolapio, nacido en La Ouiñonería (Soria), pero desde muy joven residente en Barcelona. A él se debe la introducción del baloncesto en España en 1921, el deporte de moda tras el triunfo en el Mundial de Japón. Había conocido este deporte estando de misionero en Cuba, llevado a la isla por los soldados que la invadieron en 1906. El padre Millán implantó el nuevo deporte en las Escuelas Pías de San Antón, de Barcelona. En 1922, fundó el primer club de la ciudad de Barcelona: el Layetano. El empeño de este sacerdote por infundir los valores del deporte entre los más pequeños y también en los barrios marginales, donde los jóvenes eran presa de las bandas juveniles, impulsó a los organizadores a utilizar el nombre de este amante del deporte para los juegos escolares.


MILES DE ESCOLARES PARTICIPAN EN LOS CAMPEONATOS ORGANIZADOS POR FERE-CECA
Vida Nueva; 9 de setiembre de 2006; 2532 (32,33)
Sara de la Torre


Que el deporte no es un simple juego de niños lo saben los millones de aficionados deportivos que hay en el mundo. Pero la importancia del deporte para los jóvenes (y no tan jóvenes), va más allá. A través del deporte se puede lograr algo más que medallas y copas: el compañerismo, la deportividad y el trabajo en equipo son algunos de los triunfos menos conocidos del juego.

Ahora comienza el curso escolar y por lo tanto las primeras jornadas de competición deportiva denominadas EMDE (Eusebio Millán para el Deporte Escolar). Son cada vez más los colegios que a lo largo de la geografía española participan en los campeonatos de fútbol, baloncesto o voleibol, organizados por FERE-CECA. Hasta aquí, podría parecer un simple campeonato intercolegial, pero hay algo que distingue a estos juegos escolares; ya que, además de promocionar el deporte, los organizadores galardonan al equipo y jugador que haya "ganado" en juego limpio. Es el premio más importante de la competición, el de la deportividad que se recompensa con un Fair Play a los valores humanos. Podríamos decir que se trata de conseguir una goleada en valores.

"El deporte es el complemento a la actividad educativa que se hace en nuestros colegios. Con esta idea comenzaron a celebrarse estos juegos Escolares", recuerda el secretario general de FERE-CECA, Manuel de Castro.

"El deporte lleva implícito muchas cosas, como el trabajo en equipo, el respeto a los demás y la transmisión de valores. Casi 2.000 escolares han participado este año en la final nacional de los juegos escolares", señala el religioso salesiano.

La transmisión de valores es el objetivo fundamental de estas olimpiadas. "Debemos volvernos hacia la realidad social de nuestros educandos para colaborar en su formación humana. Para ello se nos exige enseñar conceptos, procedimientos, actitudes y normas que ayuden a construir una sociedad con más valores. Para hacer realidad este deseo debemos conocer la realidad en la que viven nuestros alumnos y alumnas. Las canciones que escuchan, las revistas que leen, los programas de TV que están llenos de contravalores. De sobra es conocido que una de las actividades que más atrae a los jóvenes es el fútbol, además de otros deportes, por eso a través del ejercicio físico nuestra idea es ayudarles a reflexionar y ponerles en contacto con sentimientos que a menudo no se les presentan en el día a día o en otros entornos: el trabajo en equipo, la solidaridad con el contrario, saber perder y reconocer al ganador. Además también tenemos en cuenta que la tecnología avanza y hay tareas que cada vez requieren menos esfuerzo. Esto es positivo, pero no puede llevarnos a pensar que todo puede conseguirse sin mover un dedo. El sedentarismo de los jóvenes, las consolas y televisiones tienen que perder el partido frente a un balón, una carrera o un juego en equipo", afirma De Castro.

Al dar el silbato de apertura de estos Juegos Escolares, FERE-CECA tiene el propósito de rescatar los valores de la fe y el deporte, porque tanto en uno como en otro, se promueven las virtudes y lo mejor del ser humano. "El deporte forja a la persona, la educa en virtudes a base de disciplina y esfuerzo. Detrás del balón, están los valores. Ojalá que ninguno se quede rezagado y que el deporte sirva para construir también la cultura del esfuerzo, de la solidaridad, la civilización del amor", señala el secretario general de los religiosos de enseñanza.

Decálogo del buen deportista

Desde FERE-CECA tienen muy claro qué es lo que quieren transmitir a los participantes en los juegos, a los entrenadores y a los árbitros: un decálogo del buen deportista, del jugador elegante y del competidor justo. Para ello inculcan a los más pequeños que el deporte es trabajar junto con otras personas para lograr un mismo fin. En la vida a veces se crean "rivales imaginarios", gente con la que se podría cooperar pero contra la que se compite, perjudicándolos a ellos y a nosotros mismos. En el deporte, quien no coopera, pierde.

Estos Juegos Olímpicos quieren transferir los conocimientos, ideas o emociones del juego a los otros competidores, escuchar y comprender. En el deporte es fundamental, de otro modo no serían capaces de entender el plan de juego del entrenador o no podrían comprender las estrategias de sus compañeros.

Todos los deportes tienen ciertas reglas que hay que respetar para que puedan practicarse. La vida también tiene reglas, como las instrucciones de uso, las normas de seguridad, las normas de tráfico o las leyes. El deporte les enseña hasta qué punto el respeto a unas normas previamente pactadas beneficia y muestra que no es cierto que las reglas priven de libertad, sino que permiten ser libres respetando la libertad de los demás.

Las "liguillas" se desarrollan durante todo el curso con los colegios de la misma provincia o de la Comunidad Autónoma a la que pertenecen. Son diferentes categorías: infantil, alevín y juvenil, desde los 10 hasta los 16 años. Tanto niños como niñas participan en las distintas modalidades deportivas.

Cuando acabe la temporada se repetirán los Juegos Nacionales - ya será la decimoctava edición - y, como viene haciéndose desde hace tres años, la sede de esta gran final es Torremolinos. Padres, primos, abuelos y demás familiares y amigos colapsaron la ciudad malagueña el pasado mes de julio, para acompañar a los participantes de este acontecimiento que clausura el esfuerzo de todo un año. Con esta competición pretenden que los más pequeños aprendan a desarrollar estrategias que, dentro de los límites establecidos por las normas, permiten lograr el objetivo. El deporte fortalece las relaciones con otras personas y les hace estar cerca de un modo especial. El esfuerzo común, los éxitos, los fracasos y el aprendizaje ayudan a aquellos que practican deporte. Los entrenadores se encargan de hacer que todo rival sea importante y cualquier compañero de juego pueda ser decisivo para ganar. Gracias al deporte valorarán y respetarán a los demás por sí mismos y a no menospreciar a quienes juegan en el equipo contrario.

La competición deportiva es un proceso que en realidad comienza mucho antes del primer encuentro. Hay que entrenar, cuidar la alimentación, las horas de sueño y prepararse mentalmente para vivir situaciones de mucho desgaste físico y mental. Por eso, deben estar a punto,

En pocos días comienzan las clases en los colegios españoles y, con ellas, las competiciones y la formación de equipos. Para algunos, sin duda, será una de las pocas alegrías que conlleva empezar de nuevo el 'colé'.

Ochenta años de baloncesto con denominación de origen layetana

Un histórico equipo barcelonés, el Laietà Basketball Club, fue el pionero del baloncesto en España. El deporte de la canasta llegó a Barcelona -y a la Península- de la mano de un escolapio, el padre Eusebio Millán, quien lo trajo desde Cuba hasta las Escuelas Pías de Sant Anton en 1921. Un año después, un grupo de ex alumnos del colegio fundaba su propio club, el Laietà. Los ochenta años del equipo de la camiseta blanca con franja azul nos permiten rememorar los orígenes y los primeros tiempos de este deporte en nuestra ciudad.

Texto: Fundació de Bàsquet Català

Los orígenes del basketball hay que buscarlos en la Univesidad de Springfield (Massachussets), a finales del siglo XIX. Parece ser que el inventor del juego fue el profesor James Naismith cuando colocó dos cajas de melocotones -más abiertas por la parte superior que por la inferior- en las barandas de la galería superior de un gimnasio que, por casualidad, estaban situadas a 3,05 m del suelo. Nadie podía imaginarse, aquel día de 1891, mientras los universitarios intentaban encestar por primera vez en las cajas de melocotones, que se estaba gestando uno de los deportes más espectaculares y populares del planeta.

Treinta años después, el basketball -ya muy conocido tanto en los Estados Unidos como en todo el continente americano- llegó a Barcelona de la mano del padre Eusebio Millán. Este escolapio, nacido en la localidad soriana de La Quiñonería y criado en Barcelona, fue quien introdujo este deporte en España, después de haber pasado diez años como misionero en Cuba, donde se jugaba a basketball por influencia de los soldados norteamericanos que invadieron la isla en 1906.

Tiempos heroicos

Pero la implantación de este juego de puntería y destreza en la Barcelona futbolera de 1921 no fue coser y cantar. Se cuenta que, para combatir el desinterés de los alumnos de las Escuelas Pías de Sant Anton por el nuevo deporte, el padre Millán se vio obligado a esconder todos los balones de fútbol que había en el colegio. Una medida de fuerza que creó un auténtico cisma deportivo en el patio y en las aulas. Finalmente, se tomó la salomónica decisión de jugar tres días a fútbol y tres días a baloncesto. Muy pronto, el entusiasmo hacia el deporte de la canasta, inculcado por el padre Millán, llevó a un grupo de ex alumnos de las Escuelas Pías de Sant Anton a fundar su propio club en 1922, dedicado exclusivamente a la práctica de esta nueva modalidad: el Laietà Basketball Club.

Los integrantes del primer equipo que vestiría la histórica camiseta blanca con la franja azul (Nogués, Mach, Pardiñas, Ferrer, Aragonés, Mons y Sanuy) entrenaban tres veces por semana a las seis de la mañana. El Europa sería su primer adversario, en un partido disputado en el campo del equipo de Gràcia y que acabó (8-2) a favor de los locales. Esto sucedía el 8 de diciembre de 1922.

La semilla del baloncesto enseguida dio sus frutos, y cuatro meses después, se celebró la primera competición oficial con ocho equipos de la ciudad: Laietà, Europa, Societé Patrie, Catalunya, La France, America Stars, Barcelona y Espanyol (los dos últimos llevaban estos nombres para emular a los clubes de fútbol, pero sin que todavía estuviesen relacionados). El torneo, disputado durante tres domingos consecutivos del mes de abril en el Estadio de la Fuxarda, contó con el concurso extraordinario del secretario del cónsul de los Estados Unidos, mister Austin, para arbitrar los partidos. El Patrie fue el ganador

En aquellos tiempos heroicos del baloncesto en Barcelona no había unanimidad ni en lo que respecta al número de jugadores ni sobre las medidas y condiciones del terreno de juego. En palabras de Gabriel Albertí, ex jugador del Laietà y seleccionador nacional en los años cincuenta: "Comencé a jugar en una época en la que los partidos se disputaban entre equipos de siete jugadores y con pelotas tan grandes como bombos..."

De todos modos, la unificación llegaría en 1927, con motivo de la disputa de un partido amistoso entre la Selección Catalana y el Hindú Club de Buenos Aires. Los argentinos, que habían sido cinco veces campeones de Sudamérica, exigieron que el terreno de juego tuviera las medidas reglamentarias y que jugaran cinco contra cinco. Unas normas que ya se aceptarían plenamente a partir de ese momento.

Para este primer partido del combinado catalán fueron seleccionados doce jugadores que pertenecían en su totalidad a clubes barceloneses. Sus nombres, ordenados según las demarcaciones de la época, eran los siguientes: como defensas, Moncho (Europa) Montañés (Sants), Alberich (Laietà) y Ramis (Gràcia); como medios, Prats (Martinenc) y Lagarriga (Europa); y como delanteros, Julià (Martinenc), Guix (Laità), Font (Europa), Gelabert (Sants), Estany (Gràcia) y Rodríguez (Tiberghien).

El Hindú Club, dirigido por su capitán Barbier, ofreció un auténtico recital baloncestístico como nunca antes se había visto por estos lares, y derrotó a la Selección Catalana (50-16). Más allá del escandaloso resultado, el enfrentamiento con aquel fabuloso equipo argentino dio un gran impulso a la evolución de nuestro baloncesto a todos los niveles.

La rivalidad entre el Laietà y el Patrie

Los franjiazules layetanos consiguieron en 1928 el Campeonato de Cataluña, con un excelente equipo formado por Romeva, Pla, Muscat, Cardó y Guix, bajo la presidencia de Ricard Pardiñas. Al revalidar el título en la temporada siguiente, el Laietà se confirmó como el mejor equipo de la década; con el permiso, claro está, de su eterno rival, el Societé Patrie, contra el que protagonizó duelos memorables, como recuerda el jugador del Laietà, Guix: "Eran otros tiempos. Había una gran rivalidad, pero fuera de la cancha éramos grandes amigos. Los partidos eran muy duros: una personal era un garrotazo."

A mediados de los años treinta, se empiezan a jugar las primeras competiciones de ámbito estatal, que muy pronto tendrían un campeón barcelonés. Corría el año 1935 cuando el Patrie se proclamaba con todos los honores campeón de España, destronando al primer ganador de la competición: el legendario Rayo Club de Madrid. En aquel magnífico Patrie jugaban Armando Maunier y Fernando Font, dos valiosos elementos que, años más tarde, contribuirían a difundir el baloncesto a través de colaboraciones periodísticas en Barcelona Deportiva, El Correo Catalán y El Mundo Deportivo.

La posguerra provocó cambios importantes en la sociedad, entre otros la obligación de eliminar cualquier tipo de terminología "extranjerizante" de los clubes y las entidades. Por tanto, el Laietà se vio obligado a abandonar la denominación Basketball Club y a emplear en lo sucesivo la de Club Deportivo Layetano (desde finales de los años veinte ya existía la sección de tenis). Pero la nueva realidad política tendría efectos todavía más devastadores en otro gran club de baloncesto de Barcelona: el Societé Patrie: debido a su "afiliación" francesa, el nuevo régimen prohíbe sus actividades.

Durante la primera mitad de la década de los cuarenta, el Laietà se confirmó como el mejor equipo del Estado español al ganar la Copa (en aquel entonces la máxima competición española) en 1942. Los franjiazules se llevaron el trofeo después de derrotar al Barça (30-28) en una emocionante final jugada en Zaragoza.

En aquel prodigioso equipo figuraban jugadores de la categoría de Carretero, Gallén, Albertí, Esteva, Navarrete, Font, Galve, Areny, Llopis o Eduard Kucharski (uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto español). Dos años después, el Laietà volvería a proclamarse campeón de España, esta vez en Vigo y contra el Real Madrid (32-18).

De hecho, durante aquel quinquenio la hegemonía catalana fue absoluta en el baloncesto estatal. Primero el Hospitalet, después el Espanyol de Anselmo López (futuro presidente de la Federación Española) y, más tarde, el Barça de "Met" Ferrando, también consiguieron el campeonato.

A partir del año 1947 se empezó a notar de forma ostensible la profesionalización del baloncesto, cuya primera víctima fue el Laietà. Sus mejores jugadores se van a otras entidades que les ofrecen importantes compensaciones económicas. Tanto es así que en 1948 el primer equipo se quedó en cuadro (sólo con tres jugadores), lo que obligó al club a solicitar a la Federación Catalana un año de excedencia para poder rehacerse. Al final de esa temporada en blanco, el Laietà volvió a la competición, pero ya con otras miras, y pasó de ser un equipo de primera línea a convertirse en un club formador de jugadores. Las penurias del Laietà coinciden con la mejor época de un Barça, repleto de ex jugadores franjiazules, que ganó media docena de campeonatos de Cataluña y varias copas de España.

Del huracán verdinegro al doblete del Barça

La década de los cincuenta vio surgir al denominado "huracán verdinegro" de Badalona, un equipo fantástico que practicaba un baloncesto vibrante, de una gran velocidad y atractivo. El Joventut acabaría con el reinado catalán del Barcelona, y con el dominio estatal del Real Madrid. Mientras que el Espanyol, de la mano de Joaquín Hernández, un base genial que los técnicos pericos habían descubierto en Bélgica, se convertiría en uno de los grandes animadores del campeonato.

A finales de los años cincuenta, se organizaron las primeras ediciones de la liga española que, en un principio, estuvo restringida a seis equipos. Más tarde se ampliaría hasta diez, entre los que figuraban cuatro barceloneses: el histórico Laietà, el Barça, el Espanyol y La Salle Josepets.

Después de los dos primeros títulos del Real Madrid, el Barcelona conseguiría pararle los pies en la temporada 1958-1959. Los Bonareu, Alfonso Martínez, Buscató, Canals, Meléndez y compañía acabaron el curso con matrícula de honor, remontando de forma extraordinaria la ventaja que tenían el Real Madrid y el Joventut, ambos colíderes de la liga al acabar la primera vuelta. Con una impresionante racha azulgrana de trece partidos consecutivos sin conocer la derrota, el Real Madrid acabó perdiendo todas las opciones al caer en Sabadell, en la penúltima jornada frente al Orillo Verde por un contundente 65-38.

Los barcelonistas, entrenados por Isal, completarían esta gran temporada consiguiendo el "doblete". En la final de Copa se enfrentaron al Aismalibar de Montcada, un equipo muy potente que estaba preparado por el ex jugador del Laietà, Kucharski. Entre sus puntales se encontraba el pívot Francesc Borrel (el primer "dos metros" del baloncesto español) y un alero infalible que haría historia: Emiliano. No obstante, el Barça se hizo, de forma brillante, con el partido (50-36) y con el título.

Después de aquel año glorioso, el baloncesto azulgrana iría perdiendo potencia hasta disolver la sección en 1961, para, más adelante, recuperar la categoría y acabar bajando a Segunda por deméritos propios. El Espanyol corrió igual suerte. En cambio, el Laietà, tras ser campeón de Segunda División en 1962 con el gran Agustí Bertomeu, no consiguió consolidarse en la máxima categoría.

La década del Picadero

El testigo del baloncesto barcelonés al más alto nivel lo recoge en los años sesenta el Picadero Jockey Club. Con una trayectoria meteórica en Primera División, el Picadero consigue en 1964 el subcampeonato de la liga por detrás del Real Madrid de Saporta. Los blancos, que estaban a punto de ganar su primera copa de Europa, volverían a encontrarse con los barceloneses, entrenados por Esteve, en una semifinal de la Copa española, disputada aquel mismo año en Lugo. El Picadero no tuvo piedad del Real Madrid, e infligió una paliza memorable a los futuros campeones de Europa (104-64).

El adversario de la final sería todo un clásico copero: el Aismalibar de Eduard Kucharski (que volvía al equipo de Montcada tras haber entrenado durante tres años a la mítica Virtus de Bolonia).

Aunque "Nino" Buscató, con sus genialidades, adelantaría a los del Vallès en el primer periodo, después del descanso, el Picadero dio muestras de un baloncesto fluido y espectacular que daría la vuelta al marcador hasta el definitivo 63-51.

Según las crónicas de la época, en Lugo se vio "un partido sensacional que se recordará durante muchos años". Albanell, con 24 puntos, fue el máximo anotador de aquel formidable Picadero, que contaba con la fuerza en el tablero del colosal Alfonso Martínez y Joan Martos (el gigante de la costa), bajo la sabia dirección de Joaquim Enseñat, y con un par de aleros de primera línea, como Nora y Josep Maria Jofresa (iniciador de la conocida saga barcelonesa de los Jofresa).

Cuatro años más tarde, el equipo de la Travessera de les Corts volvería a quedar campeón de España, en esta ocasión magistralmente conducido por el base Jesús Codina, y en una reñida final contra el Joventut de Badalona (58-55).

Durante una década marcada por el abusivo dominio de los pívots norteamericanos del Real Madrid (Hanson, Luyk, Burgess, Aiken...), el Picadero conquistó hasta cuatro subcampeonatos de liga, perdiendo sólo por un punto (un maldito empate) el título de la temporada 1696-70.

Desde la desaparición del Picadero (cuyos socios acabarían integrándose finalmente en el seno del Laietà), el FC Barcelona ha sido el máximo representante del baloncesto de la ciudad condal en la elite. Salvo unas cuantas temporadas del RCD Espanyol y del fugaz ascenso de La Salle Barcelona, la antorcha, durante los últimos veinticinco años, ha quedado en manos del equipo azulgrana.

El sólido tejido de la base

Sin embargo, y lejos del profesionalismo, los clubes de base barceloneses han seguido trabajando duramente y en la actualidad forman uno de los tejidos baloncestísticos más sólidos y envidiados de toda Europa. Prácticamente cada barrio cuenta con su propio equipo, y, además, el baloncesto es el deporte de referencia en muchos centros escolares. Entidades como el JAC Sants, el Ciutat Vella, los Lluïsos de Gràcia, el Les Corts, el SESE, el Grup Barna o el Sagrada Familia (por nombrar sólo unos cuantos) son la prueba de la fuerte implantación del baloncesto, ochenta años después de que se fundara en Barcelona el primer equipo.

Hoy el histórico Laietà goza de buena salud, cuenta con 1900 socios y con ocho equipos de baloncesto que compiten en las diferentes categorías, de benjamines a seniors, siempre en el plano amateur.

Pero seguir al pie del cañón no ha sido tarea fácil. El club decano tuvo problemas y estuvo a punto de desaparecer cuando, en 1964, fue desahuciado de su tradicional recinto de Viladomat-Rosselló (inaugurado en 1932). Hay que agradecer al colegio Pare Mañanet (que acogió durante tres años a las secciones de baloncesto y de hockey sobre patines), así como al Club de Tennis Pompeia, el apoyo que ofrecieron al Laietà en su complicadísima travesía por el desierto.

Afortunadamente, desde 1967, y con sucesivas ampliaciones, el club dispone de unas magníficas instalaciones en la calle Pintor Ribalta (16 pistas de tenis de tierra batida, 4 de pádel, 3 pistas polideportivas...) y el futuro de la histórica camiseta blanca con la franja azul está garantizado.

Los layetanos, que fueron los primeros pobladores de Barcelona, se convirtieron en el siglo veinte, por obra y gracia del misionero padre Millán, en los pioneros del deporte de la canasta en la Península. Como dice el dicho, roda el món i torna al Born.

El tren de la costa

Siguiendo el recorrido histórico del primer tren, el baloncesto se extenderá rápidamente por la fachada costera al norte de la ciudad. Tres años después de su llegada a Barcelona, el padre Eusebio Millán difunde y populariza el juego a su paso por los Escolapios de Mataró y de Calella.

No tardarán en surgir los primeros equipos, algunos de ellos de gran calidad, como el Iris, de la capital del Maresme. En 1928 se crea el primer equipo en Calella, llamado New Star. Al año siguiente aparece otro, el Avenç Marià, que celebra su primer partido contra el Iris de Mataró, y que pierde por 31 a 9.

Pero el deporte de la canasta cuajará de un modo especial en Badalona. En 1930 se funda la Penya Spirit of Badalona, que, posteriormente, adoptará la denominación de Club Joventut. Otros equipos, como el Círculo Católico, se suman a al aventura del baloncesto y, muy pronto, la ciudad se convertirá en un gran vivero de jugadores.

La fiebre baloncestística hace que, a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta, Badalona cuente con hasta tres equipos representativos de la ciudad jugando simultáneamente en Primera División: el Sant Josep, el Círculo Católico y el Joventut (equipo que siempre ha militado en la máxima categoría).

Después de haber visto cómo la Penya se proclamaba campeona de Europa en los años noventa, el gran reto de Badalona de cara al siglo XXI es la Ciudad del Baloncesto, un proyecto de primera magnitud que sin duda está destinado a consolidar su posición de referencia en la élite de este deporte.

Otras localidades del entorno barcelonés, como L'Hospitalet, Cornellà, Santa Coloma de Gramenet, Montcada o Montgat, también han tenido su importancia a la hora de escribir la historia del baloncesto en la Península.

jueves, diciembre 14, 2006

Atlas del cerebro

SISTEMA NERVIOSO



El sistema nervioso está constituido por el tejido nervioso del organismo y los elementos de soporte asociados. Desde un punto de vista estructural o anatómico, el sistema nervioso se divide en dos; el Sistema Nervioso Central (SNC) y el Sistema Nervioso Periférico (SNP). El SNC está formado por el cerebro y la medula espinal, mientras que el SNP comprende los nervios, ganglios y receptores especializados.

Por otro lado, desde el punto de vista funcional el sistema nervioso se divide, en Sistema Nervioso Somático y Sistema Nervioso Autónomo. El sistema somático es la parte del sistema nervioso que responde o relaciona el organismo con el medio ambiente externo, en cambio el sistema autónomo está en relación con el medio interno orgánico, realizando funciones propias de regulación y adaptación internas. Ambos sistemas no actúan independientemente, sino que se hallan interrelacionados y cooperan entre sí.

La función del sistema nervioso consiste en recibir los estímulos que le llegan tanto del medio externo como interno del organismo, organizar esta información y hacer que se produzca la respuesta adecuada.

Los estímulos procedentes del medio externo son recibidos por los receptores situados en la piel, destinados a captar sensaciones generales como el dolor, tacto, presión y temperatura, y por los receptores que captan sensaciones especiales como el gusto, la vista, el olfato, el oído, la posición y el movimiento.

Las señales (o impulsos) que llegan al sistema nervioso periférico, se transmiten a partir de estos receptores al sistema nervioso central, donde la información es registrada y procesada convenientemente. Una vez registradas y procesadas, las señales son enviadas desde el sistema nervioso central a los distintos órganos a fin de proporcionar las respuestas adecuadas.



AMIGDALAS



Las amígdalas forman parte del sistema endocrino, el cual está formado por un conjunto de glándulas (tiroides, paratiroides, amígdalas, hipófisis, epífisis y glándula suprarenal) que sintetizan hormonas y las liberan al torrente sanguíneo. Hoy en día se sabe que el hipotálamo es el responsable del control de la secreción hormonal, y a su vez las hormonas afectan el funcionamiento del sistema nervioso, por este motivo al conjunto de los dos sistemas se les denomina sistema neuroendocrino.

Las glándulas endocrinas controlan una gran cantidad de funciones fisiológicas del organismo como el metabolismo, la homeostasis, el crecimiento, la reproducción, el dolor, etc., pero también están involucradas en la conducta humana, concretamente en las emociones, la memoria, el aprendizaje o incluso en las patologías como la depresión, la ansiedad o la anorexia nerviosa.



EL CEREBELO





TRONCO CEREBELO


El cerebelo es, después del cerebro, la porción más grande del encéfalo. Ocupa la fosa craneal posterior y se localiza debajo de los lóbulos occipitales del cerebro, del que está separado por una estructura denominada tienda del cerebelo. Consta de dos hemisferios cerebelosos y una parte intermedia denominada vermis. Se une al tallo cerebral mediante tres pares de pedúnculos cerebelosos; estos pedúnculos son haces de fibras que entran y salen del cerebelo, en cuya superficie aparecen numerosos surcos superficiales próximos unos a otros.

Un corte sagital del cerebelo muestra que en el exterior del cerebelo (en la corteza cerebelosa) se encuentra la substancia gris, y en el interior la substancia blanca. En la parte más profunda del cerebelo se encuentran los núcleos dentados. El cuarto ventrículo ocupa una localización inmediatamente anterior al cerebelo.

Aspecto microscópico

La corteza cerebelosa se divide en una capa externa, o molecular, y una capa interna, o granulosa. Entre ambas capas aparecen unas células denominadas células de Purkinje. Aunque las células de las dos capas cerebelosas corticales son de pequeño tamaño, no por ello dejan de ser neuronas. También se halla presente la neuroglia.

Función del cerebelo
El cerebelo desempeña un papel regulador en la coordinación de la actividad muscular, el mantenimiento del tono muscular y la conservación del equilibrio. El cerebelo precisa estar informado constantemente de lo que se debe hacer para coordinar la actividad muscular de manera satisfactoria. A tal fin recibe información procedente de las diferentes partes del organismo. Por un lado, la corteza cerebral le envía una serie de fibras que posibilitan la cooperación entre ambas estructuras. Por otro lado, recibe información procedente de los músculos y articulaciones, que le señalan de modo continuo su posición. Finalmente, recibe impulsos procedentes del oído interno que le mantienen informado acerca de la posición y movimientos de la cabeza. El cerebelo precisa, pues, toda esta información para poder llevar a cabo las funciones que le son propias.

CORTEZA CEREBRAL



La corteza cerebral es la parte más voluminosa del encéfalo. Una hendidura profunda, denominada cisura longitudinal, lo divide en dos hemisferios, derecho e izquierdo.

La corteza es una fina lámina de neuronas interconectadas que forman una capa de unos milímetros de grosor y que recubre la superficie irregular de los hemisferios cerebrales. La superficie de cada hemisferio presenta un conjunto de prominencias y surcos (o cisuras) que proporcionan a la corteza una apariencia plegada, de tal forma que sólo un tercio de esta queda expuesta a la superficie.

Tres de estas cisuras sirven para delimitar ciertas áreas del cerebro. Son:

1) surco central o cisura de Rolando,
2) surco lateral o cisura de Silvio, y
3) surco parietooccipital.
Las eminencias situadas entre los surcos reciben el nombre de circunvoluciones o pliegues. La circunvolución central anterior se sitúa por delante del surco central, y la circunvolución central posterior se coloca inmediatamente detrás del surco central.

Cada hemisferio se divide en cuatro grandes lóbulos:
frontal,
parietal,
temporal y
occipital.
En general, los lóbulos se sitúan debajo de los huesos que llevan el mismo nombre. Así, el lóbulo frontal descansa en las profundidades del hueso frontal, el lóbulo parietal debajo del hueso parietal, el lóbulo temporal debajo del hueso temporal y el lóbulo occipital debajo de la región correspondiente a la protuberancia del occipital.

Los surcos o cisuras mencionadas anteriormente actúan como estructuras limítrofes entre algunos de los lóbulos cerebrales. El surco central se localiza entre los lóbulos frontal y parietal. El surco lateral separa el lóbulo temporal situado debajo de los lóbulos frontal y parietal situados encima. El surco parietooccipital puede visualizarse en la superficie central del cerebro.
DIENCÉFALO




El diencéfalo es una estructura situada en la parte interna central de los hemisferios cerebrales. Se encuentra entre los hemisferios y el tronco del encéfalo, y a través de él pasan la mayoría de fibras que se dirigen hacia la corteza cerebral.

El diencéfalo se compone de varias partes: tálamo, hipotálamo, subtálamo y epitálamo.

El tálamo
está formado por dos cuerpos ovoides de 3 cm de largo y aproximadamente 1,5 cm de espesor, que se asienta en la profundidad de cada hemisferio cerebral. El tercer ventrículo separa entre sí ambos tálamos, aunque éstos permanecen unidos gracias a un puente de tejido talámico denominado masa intermedia, que se extiende entre ambos. Los tálamos son masas de substancia gris, por lo que contienen cuerpos neuronales y numerosas conexiones sinápticas. Desde un punto de vista funcional, el tálamo es una estación de relevo sensitivo. Los impulsos nerviosos hacen una escala a nivel talámico, estableciendo sinapsis antes de proseguir su recorrido hacia el córtex cerebral. El tálamo constituye también un centro sensitivo primitivo que sirve para registrar un tipo de sensación generalizada e imprecisa.

El hipotálamo
se localiza, como su nombre indica, debajo del tálamo. Presenta una gran variedad de funciones, algunas de ellas bastante insólitas. Por ejemplo, produce como mínimo dos hormonas (oxitocina y vasopresina) y contiene centros que regulan la actividad de la hipófisis anterior, el sistema nervioso autónomo, la temperatura corporal y la ingesta de agua y alimentos. Además, el hipotálamo se relaciona con el estado de vigilia y la sensibilidad emocional. En animales de laboratorio, como el gato, la liberación de la influencia inhibidora que ejerce sobre el hipotálamo la corteza cerebral origina la aparición de estallidos de violencia ante la más pequeña provocación.
El subtálamo
está delante del tálamo y al lado del hipotálamo, su función principal se relaciona con el movimiento corporal. Las vías neuronales que lo atraviesan van hacia el tálamo, el cerebelo y los ganglios basales.
El epitálamo
se sitúa en la parte posterior del diencéfalo, al lado del mesencéfalo. Está formado por la glándula pineal o epífisi y los núcleos de la habénula. La epífisi es una glándula endocrina que segrega la hormona de la melatonina, esta secreción está relacionada con la cantidad de luz solar existente, a más luz más se segregará. la habénula tiene la función de favorecer la comunicación entre el sistema límbico y la formación reticular.


HIPOCAMPO




La formación hipocampal está situada en la superficie media de del lóbulo temporal. Le llega información del córtex, y a su vez envía señales neuronales al hipotálamo y el área septal a través del fórnix.

La principal función del hipocampo es la de la consolidación de la memoria y el aprendizaje. Una lesión en esta zona produce amnesia anterógrada, o sea de los aconecimientos ocurridos después de la lesión, afectando así a los recuerdos de hechos específicos, pero curiosamente no afecta al aprendizaje de nuevas capacidades o habilidades. Por ejemplo, una persona podría aprender a montar en bicicleta después de la lesión, pero no recordaría haber visto nunca una bicicleta.


HIPÓFISIS



La hipófisis está situada en la base del encéfalo, unida al hipotálamo y forma parte del sistema neuroendocrino el cual está formado por un conjunto de glándulas (tiroides, paratiroides, amígdalas, hipófisis, epífisis y glándula suprarenal) que sintetizan hormonas y las liberan al torrente sanguíneo.

La hipófisis consta de dos partes que funcionan de manera distinta: la hipófisis posterior o neurohipófisis, que se encarga de almacenar y liberar las hormonas sintetizadas por el hipotálamo (oxitocina y vasopresina). Y la hipófisis anterior o adenohipófisis, que actúa como una glándula secretora por sí misma.



MEDULA ESPINAL



La medula espinal es una masa cilíndrica de tejido nervioso que se extiende en dirección caudal a partir del bulbo raquídeo. La medula de un adulto mide aproximadamente 45 cm de longitud y ocupa los dos tercios superiores del conducto raquídeo. Durante las primeras etapas del desarrollo la medula espinal ocupa la casi totalidad del conducto raquídeo, pero el crecimiento rápido que experimenta en seguida la columna vertebral da lugar a la disposición que presenta el adulto. La terminación inferior de la medula recibe el nombre de cono terminal.

La medula espinal se divide en 31 segmentos: 8 cervicales, 12 torácicos o dorsales, 5 lumbares, 5 sacros y uno coccígeo.

Los nervios salen de la medula espinal a lo largo de toda su longitud, en número de un par por cada segmento medular. La medula presenta dos engrosamientos, el cervical y el lumbar. El engrosamiento cervical corresponde al origen de los nervios que se dirigen al miembro superior, el engrasamiento lumbar al de tos nervios que se dirigen al miembro inferior.

Estructura

La medula espinal está constituida por substancia gris y substancia blanca que adoptan una distribución bastante regular.

La substancia blanca ocupa la parte externa que rodea la substancia gris, y se compone de fibras ascendentes y descendentes sostenidas por la neuroglia. Al examinar un corte transversal de la medula puede observarse que la substancia gris presenta una disposición en forma de H. La parte horizontal de esta H se denomina comisura gris, y cada una de las puntas recibe el nombre de asta. En consecuencia, existen dos astas ventrales o anteriores y dos astas dorsales o posteriores.

La substancia blanca se dispone en tres columnas o cordones de fibras, anterior o ventral, lateral y posterior o dorsal, que discurren de un nivel del sistema nervioso a otro. Las fibras que se extienden desde un lugar determinado a otro se agrupan en haces denominados fascículos o tractos.

Varias fisuras discurren a lo largo de la medula espinal. En la figura aparecen dos de estas fisuras, la anterior o ventral y la posterior o dorsal. La fisura anterior es más profunda y sirve para identificar la parte frontal de la medula espinal.
Función
La substancia gris de la medula espinal sirve de centro reflejo y forma parte de un centro de distribución para las vías sensitivas y motoras.

La substancia blanca actúa así de gran vía conductora de impulsos hacia el encéfalo y a partir de éste.


NÚCLEO ESTRIADO



El núcleo estriado está formado por: caudado, putamen y globo pálido. El núcleo estriado está en el interior de los hemisferios cerebrales, en la base de cada hemisferio y su función está relacionada con el movimiento corporal. Este núcleo forma parte de un sistema funcional mayor llamado sistema de ganglios basales, formado por el cuerpo estriado, el subtálamo y la sustancia negra. La lesión de cualquiera de estas estructuras puede provocar alteraciones en el control de los movimientos (temblor, tics, etc.).

El caudado tiene forma de C visto lateralmente, sigue el curso del ventrículo lateral. Al conjunto del caudado y el putamen también se le denomina neoestriado, y al globo pálido paleoestriado.


SISTEMA LÍMBICO


El sistema límbico está compuesto por un conjunto de estructuras cuya función está relacionada con las respuestas emocionales, el aprendizaje y la memoria. Nuestra personalidad, nuestros recuerdos y en definitiva el hecho de ser como somos, depende en gran medida del sistema límbico.

Los componentes de este sistema son: amígdala, tálamo, hipotálamo, hipófisis, hipocampo, el área septal (compuesta por el fórnix, cuerpo calloso y fibras de asociación), la corteza orbitofrontal y la circunvolución del cíngulo.



TRONCO ENCEFÁLICO



El tronco encefálico está constituido por el mesencéfalo, la protuberancia y el bulbo raquídeo. Todos estos centros nerviosos poseen una estructura similar: substancia blanca en la parte externa con islotes de substancia gris esparcidos por toda su superficie. La substancia blanca está compuesta por fibras nerviosas que van y vienen del cerebro. El núcleo rojo del mesencéfalo es una de las masas de substancia gris más prominentes. Además de estas zonas más bien discretas de substancia gris y blanca, el tallo cerebral contiene una mezcla de ambas que recibe el nombre de formación reticular.

Función

El tronco encefálico contiene numerosos centros reflejos, los más importantes de los cuales son los centros vitales. Estos centros son esenciales para la vida, ya que controlan la actividad respiratoria, cardiaca y vasomotora. Además de estos centros vitales, el tallo cerebral contiene otros centros que controlan la tos, el estornudo, el hipo, el vómito, la succión y la deglución.

La formación reticular ejerce dos efectos contrarios sobre la actividad motora. Por un lado facilita o estimula tal actividad, y por el otro la deprime. Estudios llevados a cabo en el laboratorio muestran que la formación reticular del tallo cerebral y estructuras adyacentes cerebrales (hipotálamo) son necesarias para el inicio y mantenimiento del estado de vigilia y conciencia.

El tronco encefálico contiene núcleos correspondientes a nervios craneales, y al considerar la función del tallo no debe olvidarse la función de estos nervios. Finalmente, esta es una estructura por la que pasan las fibras ascendentes procedentes de la medula espinal y las descendentes que se dirigen a ésta. Muchas de estas fibras establecen conexiones a diferentes niveles con las neuronas de la formación reticular y, en algunos casos, con las neuronas de otros núcleos del tallo facilitando el funcionamiento de los reflejos.


VENTRÍCULOS




Los ventrículos cerebrales están compuestos por varias partes: los ventrículos laterales, el tercer ventrículo y el cuarto ventrículo. El líquido cefalorraquídeo se encuentra en el interior de este sistema ventricular.

El líquido cefalorraquídeo es un líquido acuoso que se localiza en los ventrículos y en los espacios subaracnoideos. Está producido por los plexos coroideos de los ventrículos, que son como ovillos capilares cubiertos por células epiteliales. Estas células absorben el líquido acuoso de la corriente sanguínea y lo segregan al interior de los ventrículos. El líquido cefalorraquídeo pasa a continuación desde los ventrículos al interior del espacio subaracnoideo a través de las tres aberturas u orificios situados en el cuarto ventrículo. Una vez en el espacio subaracnoideo, se absorbe y vuelve a la corriente sanguínea a través de la membrana aracnoidea, concretamente a través de las vellosidades aracnoideas.

Cualquier obstrucción en la circulación del líquido cefalorraquídeo da como resultado la aparición de un crecimiento ventricular conocido con el nombre de hidrocefalia. Esta afección puede originar un crecimiento global de la cabeza si ocurre a una edad temprana, cuando los huesos de la cavidad craneal no se han unido de manera definitiva. El líquido cefalorraquídeo, producido de manera continua a partir de la sangre por los plexos coroideos, no puede ser adecuadamente reabsorbido en caso de hidrocefalia.

El ser humano posee por término medio un volumen de líquido cefalorraquídeo que oscila alrededor de 135 ml. Este líquido forma una especie de manto protector contra eventuales contusiones o movimientos bruscos de la cabeza, que de lo contrario repercutirían gravemente en la integridad encefálica. Por otra parte, sirve también como medio de derivación hacia la cavidad raquídea del volumen líquido contenido en la cavidad craneal. Por ejemplo, si en la cavidad craneal penetran cantidades excesivas de sangre, la derivación de líquido al interior de la cavidad espinal sirve para acomodar las cantidades adicionales de sangre en el compartimiento craneal. El líquido cerebroespinal también puede servir para el transporte de substancias nutritivas.



CORTEZA SOMATOSENSORIAL



Esta figura muestra las áreas somatosensoriales primarias de la corteza cerebral, es un gráfico donde se representan las zonas del córtex humano donde se reconocen, organizan e integran las sensaciones provinientes de las distintas partes del cuerpo. Como puede observarse, no todas las partes el cuerpo requieren de la misma "cantidad" de corteza especializada.

Las áreas somestésicas o áreas de la sensibilidad general,

se localizan en la circunvolución central posterior. En esta zona se registran las sensaciones de calor, frío, tacto, presión, dolor y la sensibilidad propioceptíva (sentido de la posición y equilibrio muscular). Cada circunvolución recibe las sensaciones procedentes del lado opuesto del organismo. La disposición de las partes del cuerpo representadas en la circunvolución sigue también un orden inverso, de manera que las áreas sensitivas de los pies se localizan en el extremo superior del córtex, mientras que las áreas para la cabeza ocupan el extremo inferior.

Las áreas motoras
se localizan en las circunvoluciones centrales superiores. Cada circunvolución controla la actividad del músculo esquelético que ocupa el lado opuesto del organismo. Las diversas partes del organismo representadas en la circunvolución se disponen escalonadamente, de arriba abajo, de modo que la porción superior de la circunvolución controla los movimientos de la extremidad inferior opuesta, mientras que la zona inferior de la circunvolución controla la cabeza y el cuello. Algunas partes del organismo, como la mano y la cara, están más representadas que otras. Ello se debe a la capacidad de tales partes para efectuar movimientos más delicados.

El área promotora,
relacionada también con la actividad motora, ocupa una posición inmediatamente anterior a la circunvolución precentral. La estimulación de esta área se traduce en la aparición de una serie de movimientos de naturaleza generalizada, como la rotación de la cabeza, giros del tronco y movimientos generales de las extremidades.

Las áreas del lenguaje, o áreas de Broca,
se localizan en el lóbulo frontal. En una persona diestra las áreas del lenguaje están mejor desarrolladas en la corteza cerebral izquierda. En un zurdo están más desarrolladas las áreas del lenguaje derechas.

Las áreas visuales
se localizan en el lóbulo occipital. En el lóbulo occipital izquierdo se registran los impulsos que se originan en la parte izquierda de cada globo ocular, mientras que en el lóbulo occipital derecho se registran los impulsos que se originan en la parte derecha.

Las áreas auditivas
se localizan en la circunvolución temporal superior. Cada lóbulo temporal recibe impulsos auditivos procedentes tanto del oído derecho como del izquierdo. Ello se debe a que un número considerable de neuronas encargadas de transmitir los impulsos auditivos no siguen la vía contralateral, sino que se dirigen al lóbulo temporal del mismo lado.

El área primaria olfativa
se localiza en la superficie medial del lóbulo temporal, y el área primaria gustativa en la cara anterior de la circunvolución central posterior del lóbulo parietal.

Existen otras áreas llamadas áreas de asociación. Las situadas en el lóbulo parietal participan en la integración de la información sensitiva procedente de las áreas somestésica, auditiva, visual y gustativa. Las áreas de asociación parietales correlacionan información acerca de las diversas partes del organismo. Las áreas asociativas situadas en la región posterior del lóbulo temporal se relacionan con la integración de datos sensitivos. La afasia visual y auditiva (incapacidad para comprender la palabra oral y escrita) puede asociarse a lesiones de estas áreas asociativas. Las áreas de asociación localizadas en la porción anterior del lóbulo temporal se relacionan con gran variedad de experiencias, aparte de las audiovisuales. Esta porción anterior del lóbulo temporal se ha denominado corteza psíquica a causa de su relación con experiencias pasadas.

Las actividades superiores tales como el discernimiento, razonamiento y abstracción dependen también de la corteza cerebral. La parte anterior del lóbulo frontal, denominada área prefrontal, se halla en relación con estos procesos mentales característicos del ser humano. La corteza cerebral ejerce también una influencia de carácter inhibitorio sobre las partes inferiores del sistema nervioso central.



CORTES TRANSVERSALES