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jueves, agosto 31, 2006

¿ADN Calasancio? - Margalef

Hijos y herederos de José de Calasanz
¿Poseemos su “ADN”?

Josep Margalef Isern, Sch. P.
Responsable de Hogares Calasanz
15 de agosto de 2006


Me dirijo a vosotros, chavos de los Hogares Calasanz, y pienso en los Educadores de todas las Obras calasancias. Las pruebas genéticas o ADN de una persona hacen posible saber de quién procede, su paternidad. Si pudiéramos hacer una prueba de ADN a los Hogares Calasanz de México encontraríamos una línea genética muy clara: Jesús, Calasanz, Chinchachoma.

Veamos por qué afirmo esto.

Jesús empezó a valorar a los niños en una época en que no tenían valor y eran despreciados. Ese era el tono de la cultura hace dos mil años: “niños, retírense”; “había tantos miles de personas, sin contar a las mujeres y a los niños” (es decir no se les tenía en cuenta para nada). Mas Jesús recibía a los niños, los sentaba sobre sus rodillas y los ponía de ejemplo al tiempo que afirmaba que sus ángeles de la guarda estaban viendo a Dios. Los apóstoles estaban desconcertados; lo que hacía Jesús rompía todos los esquemas. También Jesús enseñó que hay que vestir al desnudo, dar de comer al hambriento, recibir en la casa al que no tiene.

Mil quinientos años más tarde José de Calasanz se encuentra con los niños de la calle en Roma. Decide ayudarlos y dedicarles todo lo que le queda de vida.

“He encontrado en Roma la manera definitiva de servir a Dios
haciendo el bien a los niños pobres
y no lo dejaré por nada del mundo”.
Algunos “desinformados” piensan que estos niños pobres de Roma eran sólo unos niños sin dinero, pero que tenían una familia que los quería mucho, que se pasaban el día jugando en la calle y de vez en cuando jugaban a descalabrarse. Eran unos querubines vestidos de andrajos. Pues no; la mayoría de ellos no eran así. La mayoría estaban heridos por una sociedad despiadada que los había convertido en... Mejor que nos lo diga uno de los colaboradores directos de Calasanz. Nos dice que
“estos hijos de pobres, que suelen ir por las calles sin freno alguno del temor de Dios Nuestro Señor, entregándose a toda clase de indecencias en palabras y obras” (G. Landriani).
Por descontado que también robaban y tomaban. Esos serán los niños a los que Calasanz tenderá sus manos y les abrirá su corazón, siguiendo las enseñanzas de Jesús.

Cuatrocientos años después de Calasanz, el Chincha encuentra en las calles de México unos niños muy parecidos a los que nos describía Landriani. Y como el P. Alejandro es discípulo de Jesús e hijo de Calasanz se pone a hacer lo que de ellos aprendió: recibe a los niños sin importarle el estado en que llegan y les dará un hogar, amor, amor y más amor, comida, vestido y estudios.

Les hace descubrir su propio valor, les quita la basura que les ha aventado la sociedad y les prepara para vivir como ciudadanos libres, responsables, alegres y amorosos con sus hijos y con los hijos de los demás si hace falta. También rompió todos los esquemas.

El próximo día 25 celebramos la fiesta de San José de Calasanz, el Patrono de los Hogares. Le agradezcamos la gran idea que tuvo al ayudar a los niños de la calle y abandonados. Le pidamos también por los tíos/as, Padres Escolapios y Colaboradores para que sigan siendo auténticos discípulos de Jesús, de Calasanz y del Padre Chinchachoma. Que si a los Educadores nos hacen una prueba de nuestro “ADN”, se haga patente nuestro origen, nuestra fuente primera, nuestra paternidad.

Calasanz nos une. Un abrazo para todos.
Josep Margalef Isern, Sch. P.
Responsable de Hogares Calasanz